Fauna marina
El enemigo más letal de los delfines mata a siete ejemplares en Sicilia y llega a Valencia
Investigadores de la Fundación Oceanogràfic detectan el temible virus para las cetáceos que ha causado varias epidemias en las últimas décadas
El enemigo más letal para los delfines en su medio natural, el virus morbillivirus de los cetáceos, acecha a esta especie marina en el Mediterráneo y ya ha matado a varios ejemplares en Sicilia. Investigadores de la Fundación Oceanogràfic lo han detectado también en varios de estos animales varados en la Comunidad Valenciana.
Hasta ahora no se sabía si estaba solo en las costas españolas o tenía una mayor difusión.
La investigación ha confirmado que esa misma cepa ha matado también a siete delfines en Sicilia, según el estudio publicado en Scientific Reports y realizada por científicos de la Fundación Oceanogràfic, del Instituto Zooprofilattico Sperimentale della Sicilia y de la Universidad Complutense de Madrid.
Sin vacuna por ahora
Consuelo Rbui-Guerri , coautora de dicha publicación, señala que el morbillivirus de los delfines es ahora el virus más letal para cetáceos y que en animales salvajes "es muy difícil controlar la acción de un patógeno así, de forma que no nos planteamos por ahora desarrollar una vacuna ni un tratamiento específico, pero sí es importante conocer lo máximo posible acerca de la enfermedad y su evolución".
Los científicos subrayan "la necesidad de más investigación para determinar no solo cómo circula esta cepa del morbillivirus de los delfines, sino también su impacto potencial sobre las poblaciones de cetáceos que habitan en el Mediterráneo".
En el último cuarto de siglo distintas variantes de este virus han provocado epidemias masivas con alta mortalidad en todo el mundo, la más grave de ellas en 1988 cuando acabó con la mitad de los delfines mulares del Atlántico estadounidense. Los animales varados mostraban síntomas de una extraña afección que combinaba neumonía, encefalitis y daños al sistema inmune.
En 1990 murió un millar de delfines listados en el Mediterráneo, y poco después unos cien mil delfines mulares en el Golfo de México. Otros episodios en el Mediterráneo, entre 2007 y 2011, afectaron a varios cientos de delfines listados.
El año pasado, los análisis realizados por Rubio-Guerri y sus colaboradores a cinco delfines recogidos en el litoral valenciano ayudaron a explicar un cambio del patrón de la enfermedad: no se trataba de una gran epidemia sino de casos aislados que habían sido afectados por una cepa del virus nueva en el Mediterráneo .
Los investigadores postularon entonces que los casos valencianos no habían sido nunca una colonización circunscrita a las costas españolas sino que la cepa estaba asentada y circulando en todo el Mediterráneo, aunque no saben aún por qué la nueva cepa no provoca epidemias, aunque sea más agresiva en los individuos afectados. Una posibilidad es que la mayoría de los delfines presenten ya cierta inmunidad contra esta cepa.