Cultura

Elísabet Benavent: «La literatura no tiene género, es cuestión de curiosidad, pero hay prejuicios con la comedia romántica»

La autora superventas lanza «Todas esas cosas que te diré mañana», una novela en la que juega con los saltos temporales, mientras prepara sus próximos proyectos audiovisuales

JUAN DE LOS MARES
Toni Jiménez

Toni Jiménez

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A Elísabet Benavent (Gandía, 1984) no le asusta enfrentarse a la hoja en blanco. Quizás por eso lleva 22 novelas escritas y tres millones y medio de copias vendidas desde que en 2013, tras darse a conocer escribiendo en un blog mientras trabajaba como secretaria, sus historias la catapultaron a las listas de los superventas.

Ahora publica «Todas esas cosas que te diré mañana» , su nueva criatura literaria. En sus quinientas páginas disecciona una relación de pareja para ayudar a Miranda, su protagonista, a entender en qué punto se rompió su idilio con Tristán. Un alegato contra los amores tóxicos con una estructura diferente, pero con los mismos referentes feministas, el humor, el lenguaje cotidiano y las referencias musicales que son marca de la casa.

El martes, Beta Coqueta -como la conocen sus seguidores en redes sociales- llenó hasta los topes el Teatro Talia de Valencia en un nuevo formato de presentación con el que ha querido acercarse más a sus lectoras. Habla de ellas en femenino porque son mayoría, con el convencimiento de que cada vez más hombres se dejan cautivar por sus comedias románticas.

Cuenta que se enfrentó al público valenciano con respeto, ¿por qué?

Una cuando llega a casa quiere hacerlo siempre lo mejor posible y tiene miedo a no ser profeta en su tierra. Para nosotros Valencia siempre ha sido una plaza grande.

Acostumbrada a las firmas multitudinarias, ahora ha decidido encontrarse con los lectores en diferentes eventos por varias ciudades. ¿Cómo llega a este nuevo formato?

Llevábamos ya años dándole vueltas al tema porque no sabíamos si estábamos gestionando el tiempo de la manera más inteligente. Al final juntas a muchas personas en el mismo sitio. Muchas tienen que estar esperando de pie durante todo el rato, se alarga la cosa y se van a casa simplemente con un libro firmado. La pandemia nos ha hecho pensar que no podemos disponer del tiempo como si fuera un bien infinito , ni el nuestro ni el de las lectoras. Sin ellas no hay libros. Nosotros ponemos palabras en un papel, pero ellas las rellenan con emociones. Son justo a quien hay que cuidar.

Pensamos en algo con lo que pudieran esperar sentadas el mayor tiempo posible. Y entonces surgió la idea de pedir a colegas del mundo de la música -en Valencia fue Yoly Saa- que vinieran a tocar tres canciones en acústico. También hablamos de los libros y hacemos una especie de concurso divertido con regalos muy chorras, pero que obliga al público a participar. Hemos dado con un formato que, por ahora, no está funcionando muy bien y vemos que la gente se va feliz , con la sensación de que ha tenido una experiencia, y nosotros más contentos todavía.

El patio de butacas del Talia estaba lleno de mujeres. ¿La comedia romántica no es cosa de hombres?

Creo que la literatura no tiene género, es una cuestión de curiosidad . Quien le dé la vuelta al libro, lea la sinopsis y le apetezca, que se acerque. Pero es verdad que hay mucho prejuicio adherido al género.

Se ha atrevido en esta nueva novela a dar saltos en el tiempo y a contar la historia de otra manera. ¿Cómo surge esto?

Es el libro que quería escribir desde hace muchos libros (ríe). Muchos años, quiero decir. Cambiar un poquito las reglas de la narración lineal que hacía antes, mezclar géneros, jugar un poco con los límites de la realidad y abusar, entre comillas, de ese pacto tácito entre el autor y el lector, de que el lector va a creer lo que le cuentes . Eso también nos permite contar las cosas de otra manera y tocar temas desde un punto de vista diferente que, de otro modo, quizás se harían más pesados o serían más difíciles de abordar desde la comedia romántica.

«La editorial y yo hemos tenido la necesidad de ampliar un poco los plazos para disfrutar de los procesos»

Va prácticamente a libro por año, ¿tiene miedo a quedarse sin cosas que contar?

Por supuesto. Es un miedo al que creo que nos enfrentamos todos los escritores, todos los días. Soy de esas personas que cuando está terminando un proyecto tiene que tener cerrado el siguiente para vivir con tranquilidad, porque me angustia mucho no solo no tener temas que contar, sino repetirme. De ahí también la búsqueda de otros formatos de contar las cosas de diferente manera.

Respecto al ritmo en el que publicamos, la editorial -Suma- y yo hemos tenido la necesidad de ampliar un poco los plazos para disfrutar de los procesos . El año que viene sacaremos libro, pero no será justo dentro de un año, vamos a esperar un poquito más.

¿No le asusta, entonces, la hoja en blanco cuando tiene que dar forma a una nueva novela desde cero?

La página en blanco me parece una oportunidad. Sí que es verdad que muchas veces es una oportunidad que bloquea. Lo que me planteo cuando me siento delante del ordenador es que tengo la oportunidad de jugar , como si fuera una niña pequeña, a ser quien me apetezca ser durante un rato, a vivir en un mundo en el que yo mando. Si yo quiero llueve, si yo quiero hace sol, se viaja donde yo quiera...

Eso desbloquea un poco ese miedo que se tiene a la hoja en blanco. Además, yo tengo muy aprendido que lo que escribo cuando empiezo un libro nunca es lo que se publica , porque luego se trabaja mucho más por encima de ese texto. Yo soy muy de bloquearme ya hacia el final, pero se aprende. En todos los trabajos pasan estas cosas, y más en los creativos.

JUAN DE LOS MARES

Tiene un pódcast en marcha («Más allá de la M-30»), una película ya estrenada («Fuimos canciones») y trabaja en la tercera temporada de «Valeria» para Netflix. ¿Qué más tiene en cartera?

Estamos en la fase de preproducción de la adaptación audiovisual de «Un cuento perfecto» con la productora Plano a Plano y Netflix, en la que cuentan conmigo como productora ejecutiva desde el inicio del proyecto . Me emociona muchísimo porque estoy aprendiendo una barbaridad. Y además de la promoción de este nuevo libro, que acaba de nacer y son como mis bebés, quiero cuidarlos desde los primeros pasitos, estoy preparando ya el del año que viene, viendo cómo se encaja. También tengo otros proyectos de formación. 2022 y 2023 van a ser años muy llenos y muy emocionantes.

«Para mí Valencia es el sitio en el que encontrarse y respirar»

La han definido como «la voz masiva de una generación». ¿Cómo se definiría usted? ¿Cómo definiría su éxito?

La verdad es que no lo sé, porque soy la primera sorprendida. «La voz de una generación» son palabras muy grandes. Creo más bien que el género es muy agradecido, que conecta muy bien con las lectoras porque es referencial y se pueden ver identificadas, y a la vez es inspiracional y nos permite soñar. A mi me gustaría trasladar la manera de ser y de ver la vida que tienen todas las mujeres fuertes que tengo a mi alrededor. Aspiramos a sacar lo mejor de nosotros mismos cuando leemos estas cosas.

Trata con mucha normalidad y realidad el sexo. ¿Cree que es eso precisamente lo que nos falta en el día a día?

Falta mucha educación en este tema, hay que empezar a normalizar las cosas. Sobre todo porque creo que en esa cortinilla 'hollywoodiense' de 'a la mañana siguiente', cuando tú no cuentas nada de lo que pasa y demás, en ese espacio oscuro pueden crecer muchos tabús . La desinformación es muy peligrosa. En las primeras novelas creo que lo idealizaba todo mucho más, pero vas creciendo, vas viendo la realidad, lo que es sano y lo que no lo es. Lo más sano es tratar las cosas sin aspirar a imposibles y hacer una oda a la belleza de esa normalidad.

Hay mucho Madrid en sus novelas. ¿Se atrevería con Valencia?

Valencia está muy presente en muchas de mis novelas. Es el sitio donde muchos de mis protagonistas se retiran. Aparece en «Fuimos canciones», en la biología de Silvia o en «Valeria». Para mí es el sitio donde encontrarse, donde respirar . Madrid es muy protagonista porque yo me he hecho adulta en sus calles, está super adherida a mi historia personal. Me es muy complicado moverme por Valencia como me muevo por Madrid porque llevo quince años haciendo vida completa allí. Y me gusta también ese romanticismo de dejar Valencia como el lugar en el que volver a los orígenes.

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