Elecciones valencianas 2019
Isabel Bonig: «Nunca voy a ser un obstáculo para el PP, pero me gustaría ser presidenta de la Generalitat»
La presidenta de los populares valencianos admite que tuvio que sacar más «garra» para «hacerse respetar» en el partido y cree que Vox cambiará al llegar a las instituciones
Usted se reconoce como un perfil vehemente en la defensa de sus posturas, pero parece que ha querido suavizar esa imagen de forma consciente. ¿Qué Isabel Bonig está intentando mostrar esta campaña?
Pues la de verdad. Yo soy así. Cuando me bajo de la tribuna soy capaz de llegar a acuerdos. Conseguí la mayoría absoluta en La Vall d'Uixó y me votaba gente de Izquierda Unida. Soy capaz de defender lo mío, pero también de ceder y negociar, y he querido transmitir esa idea. Aparte de que cuando coges el partido en unas circunstancias como estaba el PP había que levantar mucho la moral, mantener el equipo unido... no es fácil hacerse respetar. Y eso ha requerido sacar más garra.
En otras entrevistas con ABC afirmó que cree que merecería una segunda oportunidad si no conseguía gobernar ahora. ¿Se reafirma? ¿Cree que Pablo Casado también merecería una segunda?
Pablo lleva siete u ocho meses, por lo que claro que la merecería, está totalmente en construcción. Y sobre mí, lo que no voy a ser nunca es un obstáculo. No quiero eternizarme y hacer de esto una profesión. Hay momentos y espero que Dios me dé conocimiento suficiente para saber dar un paso atrás cuando deje de ser útil. Pero con mucha humildad, veo las cosas ahí y me gustaría ser la primera mujer presidenta de la Generalitat.
¿Ha sido un momento clave la confección de las listas electorales, de dejar por fin su sello en esta etapa política?
Sí. Éstas sí que son mis primeras listas. Pero se ha hecho de común acuerdo con la dirección nacional y estoy contenta.
Ha sido un proceso tenso, como suele ocurrir. ¿Está plenamente satisfecha con los perfiles que forman parte de la candidatura?
Estoy muy muy satisfecha de la negociación, de cómo se ha llevado, de las personas y de los perfiles. Son gente que se lo ha merecido porque me han acompañado este tiempo y hay nuevas incorporaciones muy valiosas. Felipe Carrasco, por ejemplo, es una gran aportación. Y Miguel Barrachina es uno de los mejores oradores que teníamos en el Congreso y ahora estará en las Cortes. Me hubiese gustado más gente, pero las listas tienen esto. Decidir siempre es complicado.
¿Hay algún nombre que le hubiera gustado que estuviera y no está?
Hay alguno que sí, pero no se lo voy a decir porque no se dedica a la política. Sabe que soy católica y creo que las cosas pasan por algo. Dijo que no por una cuestión personal y la persona que ha entrado ha sido un gran acierto.
«Me siento plenamente respaldada por mis compañeros de partido y no temo nada»
Isabel Bonig
Es difícil que el PP recupere la mayoría absoluta, por lo que tendrá que pactar. Además, entra un nuevo actor político que es Vox y usted ha dejado claro que le gustaría un pacto a la andaluza con ellos y Ciudadanos. ¿Piensa que podría generar parálisis política un escenario en el que las iniciativas o leyes del PP dependieran de los votos de Vox?
Más importante que con quién pactar, es qué y para qué. Y ahí apelo a la responsabilidad y a las tablas del PP en la gestión. No somos un partido que acaba de nacer, hemos sacado a este país de las dos graves crisis económicas, hemos llevado a cabo transformaciones sociales, hemos tenido un gran poder territorial. Igual que el PSOE en este caso. Tenemos estructura, tenemos cuadros de mando. Hay una gestión que nos avala con cosas positivas y negativas. Todo eso es una experiencia para negociar y dialogar. Pero no me obsesiono en otros partidos.
Sin embargo, desde el PP sí se ha percibido parálisis en el actual Consell en cuyo pacto hay tres partidos con sus intereses políticos y sus diferencias ideológicas. ¿Piensa que se puede repetir en un Gobierno apoyado por tres formaciones de derechas?
Primero habrá que ver cómo se configura todo. Pero en todo caso, una cosa es lo que se dice y otra es entrar en las instituciones. Podemos es un ejemplo clarísimo. Entraron con unas ideas y han acabado haciendo cosas que ellos mismos criticaban. Es bueno que los partidos vean cómo funciona el sistema. Hay cosas en las que todo el centro-derecha estamos de acuerdo, como la libertad educativa, la colaboración público-privada en Sanidad, atraer inversiones, bajada masiva de impuestos... eso es marca PP y podemos convencer al resto.
¿Con qué propuestas se siente poco o nada cómoda de Ciudadanos y de Vox?
De Vox no me gusta que quieran acabar con el estado de las autonomías, el tema de las armas porque demuestra un profundo desconocimiento jurídico, las exageraciones en violencia de género... en Andalucía nada de esto se ha hecho. A la gente le interesa el empleo, la educación, la dependencia, los impuestos, etc. Propuestas que afectan a la inmensa mayoría de personas. De Ciudadanos lo que no me gusta es que llevan propuestas del PP, que hemos puesto en marcha ya reformas fiscales y laborales. Tampoco estoy de acuerdo en la cuestión de las diputaciones, en que quieran cerrar la televisión pública cuando votaron a favor de la ley.
¿Qué cambiaría de inmediato si llegara al poder? ¿La vuelta al distrito único, un cambio del sistema lingüístico, recuperación de la colaboración público-privada en Sanidad, que haya una ley de señas de identidad...?
Todo eso. Libertad de elegir centro y lengua, la implantación del inglés en los colegios públicos, bajada masiva de impuestos y auditoría integral para saber las listas de espera en Sanidad. Alzira es más eficaz, vale menos y da el mismo servicio.
¿De dónde tratarán de sacar el dinero que dejen de ingresar con la bajada de impuestos?
Cuando lo hicimos en 2009 recaudamos 310 millones de euros más. La gente, si tiene más dinero, consume más y aumenta la recaudación de IVA; invierte más, con lo cual genera economía; y puede ser un polo de atracción para que empresas y personas fijen su sede social o lugar de residencia aquí porque hay ventajas fiscales. Los incentivos también hacen que aumente la compra de viviendas, un sector importantísimo. Está todo inventado. Eso sí, hay que gestionar mejor y apostar por fórmulas eficientes.
«No habría cambiado las medidas que hemos tomado sobre casos de corrupción, pero sí las formas»
Isabel Bonig
¿Y el adelgazamiento de la Administración?
El último gobierno del PP hizo una reestructuración del sector público dramática en muchas cosas pero totalmente necesaria. La izquierda predica subida de impuestos y más Administración pública, con 12 entidades nuevas y un coste de 457 millones. Han aumentado el gasto de personal y los gastos corrientes.
¿El PP dejará de presupuestar los 1.300 millones de ingresos ficticios que el Consell les acusa de haber incluido de forma oculta antes?
Nosotros no teníamos ficticios. Algunos no se recaudaban luego y había también de venta de inmuebles que sí se obtenían aunque costara más tiempo. De todos modos, la situación no era ni de largo la actual. El IVIE estableció que la deuda de la Generalitat venía de la infrafinanciación y de la caída de ingresos por la situación económica. Y pese a todo pusimos en marcha centros educativos y hospitales. ¿Cuántos ha acabado el Botànic? Sólo los del PP.
Insistimos. ¿El PP ajustará el cálculo de ingresos a que sean reales?
Sí, es absolutamente fundamental. Y también llevamos en el programa una oficina de control presupuestario dependiente de presidencia para vigilar la correcta ejecución.
¿Se comprometería a acabar con los barracones la próxima legislatura, como hizo Marzà e incumplió?
Me comprometo a invertir para acabar en cuatro años paulatinamente con los barracones. Nos asiste lo que hemos hecho durante 20 años: 639 colegios e institutos íntegros o remodelaciones. Ahora siguen más de 13.000 alumnos en barracones.
¿Cree que va a servir un llamamiento a la unificación del voto de centro-derecha en el PP dada la crispación que existe en el panorama político?
Es verdad que hay una fragmentación, pero la gente tiene que ser muy consciente a la hora de votar. Me gustaría que se hicieran cuatro preguntas: ¿Si tu empleo votase a quién lo haría?, ¿Si tus ahorros votasen a quién lo haría?, ¿Si tu pensión votase a quién lo haría? ¿Y si tu negocio votase a quién lo haría?. Somos el mejor partido que puede gestionar todo eso.
¿Piensa que ayuda que dirigentes como Aznar vuelvan a pedir el voto al PP después de ser tan críticos con el partido?
Creo que el PP ha sido grande cuando ha ensanchado su base social y han tenido cabida distintas opciones. Este no es un partido de pensamiento único. El propio Aznar dijo que quería un partido reformista y no reaccionario.
Le hemos visto pasarlo mal con la corrupción y con el fallecimiento de Rita Barberá. ¿Cuál ha sido su peor momento de la legislatura? ¿Está contenta con cómo ha intentado coser el partido?
Sí estoy contenta. No era fácil aguantar el timón y levantar el ánimo de un partido tras 20 años de hegemonía que perdió el poder. Rearmar todo eso y tener opciones de gobernar como ahora era complicado. Pese a los errores que he cometido estoy bastante satisfecha. Y creo que la gente del PP me lo valora. En cuanto al peor momento, el episodio de Rita ha sido el más complicado.
¿Ve que corra peligro su liderazgo en el PP si no consigue gobernar?
Nunca me lo he planteado, nunca. Luché por primarias, luché por este partido. He cometido errores y he pedido disculpas, pero no voy a pedir perdón por ser del PP. Me siento plenamente respaldada por mis compañeros y no temo nada.
¿Siente que su liderazgo todavía está en construcción?
Sí. Si dijese que estoy consolidada no sería cierto. Las transiciones no son sencillas y menos ésta, que ha sido abrupta. Hay una generación que hemos tomado el relevo y dentro de unos años miraremos hacia atrás y diremos: «Pues en esto nos equivocamos». Ahora ya me pasa.
¿Algún ejemplo en el que se hubiera replanteado su forma de actuar?
En algunas cuestiones personales en relación con el tema de la corrupción. No hubiese cambiado las medidas, pero...
¿Las formas?
Sí.
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