Elecciones
Los obispos lanzan un mensaje para los políticos en forma de oración de cara al 10-N
La migración, el medio ambiente y la libertad religiosa vertebran un comunicado firmado por distintas diocesis de la Comunidad Valenciana y Baleares
Los obispos de la Provincia Eclesiástica Valentina -diócesis de Ibiza, Menorca, Mallorca, Segorbe-Castellón, Orihuela-Alicante y Valencia- ante la celebración de nuevas elecciones generales el próximo 10 de noviembre han lanzado un comunicado para pedir «a los fieles que se unan» a su oración «por todos los gobernantes y políticos, en especial, por quienes se presentan y salgan elegidos» en los comicios.
«Oramos a Dios, en primer lugar, para que gobernantes y políticos promuevan siempre el bien común y la justicia para todos , y no se dejen llevar por el interés particular o partidario; esto es que promuevan «el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección» (GS 26); para que sean defensores del matrimonio natural como comunidad de vida y amor conyugal, lugar natural del nacimiento de nuevas vidas, y de la familia, fundamentada en el matrimonio natural, célula básica de la sociedad; y para que respeten y garanticen el derecho originario y prioritario que asiste a los padres para educar a sus hijos según sus convicciones más profundas».
Del mismo modo, en su escrito también hacen alusión al medio ambiente: «Rezamos para que nuestros gobernantes y políticos protejan siempre el don más precioso que tenemos sobre la tierra que es la vida humana en todas sus fases, cuya dignidad y valor deben ser reconocidos y escrupulosamente garantizados, y para que fomenten el cuidado de la naturaleza, don de Dios para el hombre».
Piden además para que «quienes rigen los destinos de nuestro pueblo sean artífices de la paz, la convivencia, la concordia y el progreso de todos los españoles así como de la acogida e integración de los que por diversas razones viven entre nosotros procedentes de otros pueblos en busca de una vida mejor y más segura».
Los obispos incluyen en sus oraciones una plegaria para que los representantes públicos tengan cuidado de los que sufren por cualquier circusntancia y para «garanticen y defiendan la libertad religiosa individual y de las Iglesias y confesiones religiosas, que permita a las personas poder ejercitar y vivir su fe en privado y en público sin coacción y menosprecio y a la Iglesia católica poder ejercer su misión de anunciar el Evangelio y servir a Dios dando a conocer a todos al Señor y Dios de la historia que da la salvación y la vida, que transforma los corazones haciendo mejores ciudadanos defensores y constructores de una humanidad más fraterna».
Los de las distintas diócesis ruegan a los políticos que pongan «todo su empeño en cuidar los destinos de las personas, de las familias, los grupos y toda la nación sobre los que están llamados a ejercer su autoridad al servicio de una sociedad verdaderamente democrática y libre », al tiempo que ofrecen a los gobernantes «lo que tenemos, que no es oro ni plata, sino a Jesucristo que ha venido a enseñarnos que todos somos hermanos, que nos ofrece la alegría que nadie más puede dar y que es capaz de reconfortar el corazón dolorido que sólo Él puede consolar».