PLAN PILOTO

Educación se desentiende de la adaptación de las aulas de dos años

La habilitación se realizó sin el control necesario para cumplir con la normativa

Imagen de una escuela infantil ABC

R. B. CRESPO

Las obras de adaptación de las 35 aulas infantiles de dos años puestas en marcha por la Generalitat no han sido supervisadas por la propia Administración y la habilitación de estos espacios no cuenta con la autorización pertinente de la Conselleria de Educación , desde la que únicamente enviaron a los consistorios la documentación técnica sobre la selección de centros.

Ésta tampoco se ha hecho cargo del acondicionamiento en aquellos colegios donde se ha comenzado a implantar este plan piloto , tal como consta en el informe del Director General de Centros y Personal Docente. En él se recoge que el desembolso por las partidas de profesorado en el presente curso asciende a 2,16 millones de euros, pero el incremento en los puestos de maestro especialista y en educadores no suponen coste adicional al asumirse con los autorizados para el inicio de este curso.

En cuanto al equipamiento, en el documento se especifica que la dotación del mobiliario « no supone incremento de g asto al tratarse de aulas de educación infantil de CEIP ya equipadas que se complementarán con cargo a las dotaciones de que dispone la Conselleria en el Almacén».

Los gastos de funcionamiento se estiman en 59.620 euros para el presente curso, tratándose de la única cantidad real que tiene que asumir la Generalitat en la puesta en marcha de este proyecto.

Tampoco se han realizado por el momento inspecciones de las Direcciones Territoriales , por lo que no existe un visto bueno de estos departamentos.

Desde la propia Conselleria indicaron que no fueron necesarias «grandes obras» en la adaptación de las aulas, un hecho que contrasta con la exigencia de la normativa en vigor sobre las condiciones que han de tener estos espacios.

Decreto

Esta cuestión ya fue criticada por la plataforma de escuelas infantiles privadas «Salvem 0-3» , la cual transmitió su «sospecha» de que la adaptación no se ajustaba al «duro» decreto que tuvieron que cumplir -uno de los más exigentes de España- y que supuso una «fuerte inversión».

En él se recogen requisitos como que en cada aula se disponga de un aseo con dos lavabos y dos inodoros de tamaño adecuado y un cambiador, visible y accesible desde la misma aula, además de una zona diferenciada para descanso e higiene y una sala de usos múltiples que podrá ser usada como comedor.

Desde el Ayuntamiento de Valencia únicamente indican que la Conselleria ha escogido los centros con disponibilidad de espacios para ubicar estas aulas y con los equipamientos necesarios.

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