Salud
La ecografía 3D ahorra la cirugía uterina en más del ochenta por ciento de las pacientes
En IVI Valencia las pruebas de exploración son medidas de cribado antes de realizar tratamientos para evitar cirugías en serie
La ecografía 3D es una prueba de exploración y diagnóstico precisa, que ayuda a la mejora del pronóstico reproductivo, ofreciendo información objetiva de la forma anatómica y de la cavidad uterina de las pacientes.
También permite la evaluación integral del útero, de manera sencilla, rápida y detallada, obteniendo el plano coronal uterino, lo que posibilita valorar la morfología de la cavidad endometrial de modo directo, siendo este factor un notable avance sobre las técnicas ecográficas convencionales. Por ello, en IVI Valencia es la primera medida de cribado antes de realizar cualquier tratamiento, evitando así las cirugías en serie.
La tendencia actual a la cirugía como paso fundamental antes de iniciar un tratamiento reproductivo es prescindible, tal y como demuestran diversos estudios, y puede evitarse con una exploración previa, gracias al uso de la ecografía 3D. De hecho, según el estudio de Prior y colaboradores, Ultrasound Obstet Gynecol 2018, se ha observado que, realizando esta prueba en series amplias a pacientes, en el 82 por ciento de los casos el útero es completamente normal.
Este dato concuerda con los resultados de IVI Valencia que, en 2017, publica que el 85,5 por ciento de las pacientes sometidas a donación de óvulos presentan un útero normal en la ecografía 3D, y en el año 2020, en una muestra más amplia, que la prevalencia de úteros normales es del 82 por ciento en la población.
Según explica la doctora Elena Labarta , ginecóloga de IVI Valencia y especialista en fertilidad, «cuando hablamos de útero normal, nos referimos a que no tiene una anomalía congénita uterina también denominada anomalía mülleriana, ya que este tipo de anomalías producen una alteración en la forma de la cavidad interna del útero, pudiendo influir sobre las posibilidades de tener un bebé».
«En IVI Valencia evitamos las cirugías correctoras por sistema y tenemos altas tasas de embarazo, demostrando que es la calidad del embrión y no tanto la cavidad uterina, uno de los principales factores que determinan un posible embarazo, ya que un buen embrión favorece una buena implantación», ha añadido.
Otro dato importante recogido en los estudios es que la edad no está directamente relacionada con la normalidad o no del útero, ya que el tener más edad no siempre implica una deformidad de la cavidad uterina, por lo que tampoco estaría relacionada con la necesidad de una cirugía.
En este sentido, la especialista en fertilidad ha resaltado que «con más de cuarenta años hay más riesgo de adenomiosis uterina que pudiera afectar a la receptividad, pero afortunadamente es de grado leve en la mayoría de los casos no llegando a deformar la cavidad uterina».
«La adenomiosis se visualiza en el miometrio -la pared muscular del útero- y es por ello que no se puede eliminar esta patología mediante la realización de histeroscopia. El manejo de esta se aborda desde terapias más médicas que quirúrgicas», ha señalado la doctora.
Asimismo, ha apuntado que, tras muchos años de experiencia, han observado que «no sirve el ‘one size fits all’ y que cada paciente es única, por lo que es importante hacer previamente a cualquier tratamiento una ecografía 3D , ya que las histeroscopias son pruebas mucho más subjetivas al depender del criterio de la persona que las realiza».
Por ello, la cirugía uterina o metroplastia será necesaria en aquellos casos en los que la cavidad uterina no sea anatómicamente normal, lo que dificulta o puede impedir la implantación de un embrión para conseguir un embarazo.
En este sentido, se valora la realización de una histeroscopia de consulta en aquellos casos con fallos de implantación con el fin de visualizar la superficie endometrial y descartar patologías en este nivel, sin necesidad de pasar por quirófano ni el uso de anestesia. En los casos en los que la anatomía de la cavidad uterina no sea adecuada, se realiza una histeroscopia en el quirófano, para llevar a cabo la metroplastia y normalizar la forma del útero cuando esto sea posible.
Según un estudio realizado en IVI Valencia y publicado en 2018, «la metroplastia sí que mejora las tasas de implantación en pacientes con cavidades uterinas con una forma alterada (Ferro y colaboradores, 2018)».
«Somos firmes defensores de realizarla, pero solo cuando está indicada, no de forma sistemática pues no existe demostración científica de que eso mejore las tasas de embarazo, mientras que incrementaría significativamente los costes del procedimiento», ha concluido la doctora Labarta .