Dictadura

No voy a hablarles de Venezuela o de Cuba, a pesar del contundente título de la columna de hoy , voy a hablarles de España. En nuestro país dentro de distintos círculos y más en particular en el mundo del cine, no se perdona y no se permite tener una idea distinta al pensamiento único propio de la progresía artística.

Recientemente la actriz española Marta Etura -El hombre de las mil caras- mostró su desacuerdo con el bloqueo nacional por la investidura presidencial en una entrevista, defendiendo que unas terceras elecciones no serían lo deseable y que ahora era el turno de Rajoy, el más votado, para presidir el gobierno de la nación . ¿Se imaginan los cineastas Trueba y Almodóvar lo que habrán tenido que pensar ante semejante “afrenta”? ¿Cuántas llamadas y mensajes a otros colegas para evitar que triunfe esta celebridad guipuzcoana? Ellos y otros muchos, que entre claqueta y claqueta no han cesado de lanzar proclamas contra una ideología e incluso contra España, deben estar preparando su linchamiento profesional, la casta del cine es así.

Marta Etura, nacida en San Sebastián, se atrevió también a hacer su propia memoria histórica sobre los años del terrorismo etarra y vertió rotundamente su opinión contraria a la vuelta de la política de Otegui, cosa que ha llenado de orgullo y admiración a propios y a extraños, ante esta demostración de valentía, cordura e independencia que no estábamos muy acostumbrados a ver en el monolítico mundo del séptimo arte. Como era de esperar, las redes sociales se echaron contra ella, siempre los del mismo bando canalla, resentido y cargado de odio, pero no faltaron los apoyos y desde aquí nos sumamos a ese ejercicio de libertad, de independencia y de sentido común. “Vivimos en una dictadura de partidos” , señaló Marta Etura, la frase de la artista vasca, está cargada de razón, y yo aún diría más ¿cuántas dictaduras más tenemos que soportar los que no nos dejamos arrastrar por lo políticamente correcto?