Política
Desgobierno en Valencia por el reparto de cargos de la izquierda
Las acusaciones entre Compromís y PSPV-PSOE mantienen a la ciudad con un Ejecutivo en funciones
La pugna por el reparto de cargos y la división interna entre partidos no es patrimonio exclusivo de las formaciones del centro derecha. De hecho, la tercera capital de España sigue sin gobierno local cuando han transcurrido más de cuarenta días desde la celebración de las elecciones municipales y veinte desde la investidura del veterano Joan Ribó como alcalde de Valencia.
La ciudad continúa con un gobierno en funciones y con las negociaciones entre la fuerza más votada el pasado 26 de mayo, Compromís, y sus socios durante los últimos cuatro años, el PSPV-PSOE, «suspendidas» oficialmente tras un cruce de reproches mutuos que arrancó al día siguiente de la cita con las urnas.
La celebración por haber evitado por la mínima un vuelco en el Ayuntamiento dio paso a las hostilidades por el reparto de cargos entre nacionalistas y socialistas después de que Podemos –el tercer socio en la anterior legislatura– se quedara sin representación.
La victoria de la izquierda fue, de hecho, pírrica. Las dos fuerzas suman diecisiete concejales. Los justos para la mayoría absoluta en un hemiciclo de 33 que completan el Partido Popular (ocho), Ciudadanos (seis) y Vox (dos).
Tras una decena de reuniones de la comisión negociadora, Compromís (diez concejales) y los socialistas (siete) se mantienen enrocados en sus posiciones de partida respecto al principal escollo para el pacto. El PSPV-PSOE, que votó sin condiciones previas a favor de la investidura de Joan Ribó como alcalde, quiere que su portavoz, Sandra Gómez, ostente el cargo de vicealcadesa. Compromís se niega en redondo para no concederle una excesiva visibilidad. Además, argumenta, se ha de poner en valor «el resultado electoral».
La cuerda se ha tensado tanto que las negociaciones han quedado paralizadas, aunque la escalada dialéctica y el fuego cruzado de comunicados ha dado paso a una suerte de armisticio que fuentes conocedoras del proceso señalan que culminará en un acuerdo en los próximos días. Al respecto, el 17 de julio hay fijado un pleno extraordinario para establecer la organización municipal en el que, si o si, debe haber un gobierno.
La distribución de los grupos ordenada por Joan Ribó en las diferentes comisiones anticipa una coalición con los socialistas . De hecho, el portavoz de Compromís en el Consistorio, Pere Fuset, despejó las dudas: «El Plan A, B y C en Valencia es un gobierno con el PSPV».
Hasta llegar a este punto la propia Sandra Gómez había llegado a reclamar en público «lealtad» a Compromís. Los socialistas han reprochado en los últimos días a Ribó sus contactos con el PP para acordar aspectos de la organización consistorial, como la subida de sueldos a los concejales. La portavoz del grupo popular en el Ayuntamiento de Valencia, María José Catalá, negó de plano que existiera cualquier tipo de negociación.
El PSPV llegó a acusar a Compromís, con su negativa a aceptar una Vicealcaldía para Sandra Gómez, de «estar preparando el terreno para un gobierno en solitario». Los socialistas, al respecto, reclamaban «humildad» a la formación que lidera Joan Ribó y advirtieron de las dificultades de gobernar la tercera capital de España con solo diez de los 33 concejales del Ayuntamiento.
Lejos de ceder, Compromís instó a los socialistas a decidir si quieren conformar un gobierno de coalición para la ciudad y lamentó que «de nuevo» su batería de propuestas en la mesa negociadora se hubiera visto «paralizada» por la demanda del PSPV de una Vicealcaldía para su portavoz.
En este clima de tensión, la gestión del Ayuntamiento sigue en funciones –este lunes la agenda oficial solo recoge un acto de perfil bajo de un concejal– mientras en Valencia se acumulan los problemas . Desde los desprendimientos que han obligado a cerrar al público el emblemático Palau de la Música hasta el hallazgo de residuos fecales en el agua de las playas de la ciudad que han propiciado en los últimos días que se prohibiera el baño en plena temporada alta de verano y ante la indignación de los hoteleros.
Último mandato de Ribó
En este contexto, las acusaciones públicas han dado paso a gestos que hacen pensar en la conciliación entre socialistas y nacionalistas. De hecho, al margen del Ayuntamiento está en juego el reparto de cargos en la Diputación de Valencia y, en última instancia, la estabilidad en la Generalitat donde el socialista Ximo Puig y la líder de Compromís, Mónica Oltra, han aparentado quedar al margen de la pugna en el Ayuntamiento. Pura apariencia. Sobre todo en el caso de Oltra, posible alcaldable en los próximos comicios toda vez que se han desvanecido sus opciones de presidir la Generalitat y Ribó no volverá a repetir como candidato.