Política
La demora en dedicar una calle a Largo Caballero enfrenta al Gobierno de PSOE y Compromís en Valencia
Los socios se ensarzan públicamente después de que los socialistas se hayan quedado solos en su moción de urgencia para asignar una vía al histórico dirigente de izquierdas
Una iniciativa de los socialistas para defender la memoria de Francisco Largo Caballero y «dar respuesta a la ola de ciudades gobernadas por la derecha -como Madrid-, donde se está borrando» su nombre de los callejeros, ha terminado provocando una nueva brecha en el Gobierno del PSPV-PSOE y Compromís en el Ayuntamiento de Valencia.
Los socialistas han llevado este jueves a la Comisión de Cultura del consistorio una moción de urgencia para aprobar la rotulación de una calle para el histórico dirigente y sindicalista de UGT, pero se han topado con la negativa de los grupos de la oposición y de sus propios socios al considerar que estaba fuera de lugar .
La propuesta no es nueva, puesto que ya la realizó la vicealcaldesa Sandra Gómez (PSPV) el pasado mes de octubre e incluía, además, bautizar otra vía con el nombre del también político socialista Indalecio Prieto . En ese momento, el área de Patrimonio, a cargo de Compromís, inicio los trámites pero los dejó en suspenso alegando que no había calles disponibles y que las opciones que habían propuesto los socialistas no tenían la «suficiente entidad».
Este extremo es rebatido desde el partido de Gómez, que aseguran que dejaron a criterio de este departamento «la propuesta concreta de a qué calle o gran avenida podría ir ubicada», por lo que lamentan que Compromís «miente deliberadamente».
Según fuentes de la formación que lidera Joan Ribó, la tramitación está abierta y a la espera de que «en breve» estén disponibles «nuevas zonas de expansión de la ciudad para homenajear a Largo Caballero con una calle como la que él merece », por lo que «es tan increíble como difícil de entender que se use esta circunstancia para acusar a Compromís de estar en contra» de la iniciativa.
Sin embargo, desde el PSPV defienden que Patrimonio ha ido realizando desde octubre otros anuncios o cambios de nombre en vías de Valencia, como las dedicadas a Vicente Guillot Illo o a la Semana Santa Marinera, algo que ha motivado que repitan su petición, esta vez de forma urgente tras el «homenaje unánime que se le dio a Largo Caballero en el Congreso de la UGT» celebrado estos últimos días en la ciudad y «en contraposición a los recientes ataques de la ultraderecha», coincidiendo además que este mes de mayo «se cumple el aniversario de cuándo dejó su presidencia en la Republica Española».
Un «ajuste de cuentas»
Esta nueva polémica llega justo después del enfrentamiento entre ambos socios de Gobierno por el monolito en homenaje al 15M que el primer edil Joan Ribó instaló el pasado sábado en la Plaza del Ayuntamiento y que los socialistas han rechazado desde el principio por no incluir al resto de movimientos sociales de la ciudad.
De hecho, el portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, cree que este rifirrafe es un «ajuste de cuentas» que Ribó tenía preparado a Sandra Gómez. «Estamos ante un Compromís incapaz de dialogar y que ‘se la guarda’ con rencor cada vez que se le dice que actúa de forma sectaria. Lamentablemente, de todo esto, siempre los perjudicados son los valencianos», ha asegurado Giner.
Del mismo modo, el portavoz municipal de la formación naranja ha incidido en que «el callejero de la ciudad de Valencia debería estar consensuado y alejado de cualquier intención política».
Misma opinión que ha expresado la líder del PP, Maria José Catalá, que no entiende esta urgencia cuando siguen pendientes la calle a Miguel Ángel Blanco , aprobada hace dos años en pleno, el reconocimiento al arquitecto Guastamino en la plaza de la Reina o al también arquitecto Javier Goerlich.
«Se creen que gobernar es tomar las calles de la ciudad con sus consignas y su politiqueo. Al PP no le parece serio ni dedicar una calle por urgencia a Largo Caballero ni la principal plaza de la ciudad al movimiento del 15M, germen de lo que ha sido un partido político que está ya en extinción y más que un monolito se tendría que poner una lápida », ha apuntado Catalá.