Imagen del presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig EP
Alberto Caparrós

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La histórica victoria del Partido Popular y la deblacle de la izquierda en las elecciones andaluzas aumenta la presión sobre el presidente de la Generalitat y secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig , quien afronta la peor crisis de su Gobierno desde 2015 tras la imputación de su vicepresidenta, Mónica Oltra .

El resultado de los comicios en Andalucía, donde ha triunfado la moderación, añade elementos de zozobra para el líder de los socialistas valencianos ante la resistencia de la dirigente de Compromís, que ha sido citada a declarar en calidad de investigada el caso que trata de determinar si desde la Conselleria de Igualdad que dirige Oltra se trató de encubrir el caso de los abusos sexuales a una menor tutelada por el que resultó condenado a cinco años de cárcel su exmarido Luis Eduardo Ramírez Icardi .

[La segunda denuncia de Maite, la víctima del exmarido de Mónica Oltra, contra la Generalitat: de los abusos a un despido nulo]

La Fiscalía entiende en un demoledor escrito que Mónica Oltra pudo haber cometido los delitos de prevaricación, abandono de menores y omisión del deber de perseguir delitos. La vicepresidenta y portavoz de la Generalitat comparecerá como imputada ante la Sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana el próximo 6 de julio.

Inicialmemente, Ximo Puig se inclinaba por esperar a la declaración de Oltra para tomar decisiones sobre su futuro en el Ejecutivo. Sin embargo, la ausencia total de autocrítica de su número dos y la fiesta del pasado sábado organizada por Compromís a su lideresa han puesto en guardia a Presidencia de la Generalitat, que con el resultado de las elecciones andaluzas a modo de aviso a navegantes para la izquierda considera inasumible seguir con el desgaste que supone tener a una vicepresidenta, consellera de Igualdad y portavoz imputada por el TSJ valenciano.

Al respecto, Ximo Puig afronta una semana clave en el que el escenario idílico sería que Compromís, más allá de su apoyo público a Oltra, diera el paso de apartar del Ejecutivo a la vicepresidenta, que mantendría el acta de diputada y, en consecuencia, su condición de aforada. En caso contrario, el presidente de la Generalitat deberá afrontar la decisión más drástica desde que accedió al cargo hace ahora siete años que podría abocarle a terminar la legislatura en minoría si Compromís rompe el pacto de gobierno.

Un escenario complejo con un PP al alza, que ya ha logrado sendos triunfos electorales sin paliativos en Madrid y Andalucía y ya ha puesto su objetivo en recuperar el caladero de votos que supone la Comunidad Valenciana para la formación presidida por Alberto Núñez Feijóo .

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