Política

Críticas en el seno de la Conselleria de Innovación por la «parálisis» en la gestión

La falta de funcionarios en el departamento estrella de Ximo Puig, unido a la percepción de una falta de proyecto, enerva a los cargos

La consellera Carolina Pascual, en Alicante JUAN CARLOS SOLER

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El Botánico II (nombre con el que se conoce a la segunda legislatura del Gobierno valenciano de izquierdas) arrancaba el pasado verano con la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital como una de las apuestas estrella del presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

Desgajada de Educación, aspiraba, en palabras de él mismo, a convertirse en un catalizador «de todas las energías positivas y del enorme talento que reside en la Comunidad Valenciana». Con una independiente al frente del departamento, Carolina Pascual , y con la sede ubicada en Alicante , pretendía evidenciarse la importancia de la novedad.

Su puesta en marcha, sin embargo, no ha resultado sencilla. Si algo resume los primeros más de ocho meses de andadura es, en opinión de muchos cargos del Ejecutivo autonómico, la parálisis en la gestión . Y la sensación que se transmite desde dentro del propio departamento es de desesperación.

Las causas a las que se alude son diversas. Una es la falta de presupuesto . En total, cuenta con 929 millones de euros, de los que la mayor parte, 825, son para las universidades valencianas y 27,15 para la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI), que ha pasado a estar adscrita a esta Conselleria.

Otra de las grandes quejas es la carencia de personal . A diferencia de Universidades -donde es heredado y sigue en la sede de Educación de la Avenida Campanar de Valencia-, la lentitud para dotar al resto de áreas está generando un importante cabreo. En la Ciudad de la Luz de Alicante los empleados públicos se cuentan con los dedos de las manos. «Son muchos meses sin poder hacer prácticamente nada», señala una fuente.

En opinión de algunos, se tendría que haber recurrido a una solución temporal en lugar de alargar todos los trámites. Pero se da también la circunstancia de que la sede en Alicante dificulta que se cubran las plazas ya que los funcionarios no quieren trasladarse desde Valencia. Una de las ideas que se manejaba parece ser la de abrir la convocatoria a otras administraciones, como la local o la diputación. Pero es un extremo no confirmado todavía.

Esta falta de personal y de técnicos supone que poco se pueda tramitar y gestionar, por lo que en la práctica no se ha avanzado prácticamente nada en proyectos de la Conselleria, admiten varias voces.

Fuentes oficiales aseguran, preguntadas por ABC, que están trabajando en la incorporación de funcionarios en Innovación. «Somos una Conselleria prioritaria y los trámites van a muy buen ritmo. La administración tiene sus trámites que respetan los principios de legalidad, eficiencia e igualdad, y hay que seguirlos», añaden.

Vida política intranquila

Aun así, la crítica no se circunscribe únicamente a los recursos, sino que abarca las relaciones personales y en la -bajo el punto de vista de algunos- reducida iniciativa de la propia Carolina Pascual. Además de la determinación para reclamar las necesidades de su departamento, apuntan a la de liderar proyectos o establecer líneas estratégicas . Como ejemplo, apuntan a que todavía no ha convocado la comisión delegada para la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Un órgano creado en 2013 que dependía hasta la pasada legislatura de Economía y que preside el titular de las competencias de Innovación. Rafael Climent sí la reunió, pero Pascual todavía no lo ha hecho.

A todo ello se unen las desavenencias personales. El secretario autonómico de Universidades, Rafael Tabarés, presentó su dimisión el pasado enero. Su relación con la consellera no era la mejor, y especialmente tensa la mantenía con el subsecretario, José Vicente Villar.

La vida política del departamento tampoco fue tranquila desde el inicio. El pasado octubre, la discordia por la gestión de 50 millones de euros en líneas de subvenciones entre la AVI y el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) provocaba un duro enfrentamiento entre PSPV y Compromís durante la negociación de Presupuestos. Pascual incluso amagó con dimitir.

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