Joaquín Guzmán - CRÍTICA DE IDOMENEO
Jo, qué noche
«El título de la película ochentera de Scorsese, que encabeza esta crítica, va en el mejor de los sentidos»
Mozart es el primer compositor que entra en el mundo nostálgico y desgarrador del romanticismo. Ya lo dice E.T.A. Hoffman “ Mozart nos lleva a los abismos del reino misterioso. El miedo se apodera de nosotros pero no atormenta y es más bien el presentimiento de lo infinito ”. Idomeneo adelanta cosas muy relevantes, que se confirmarán en el último acto de Don Giovanni.
No parece lógica la irregular trayectoria de una ópera que prácticamente se olvida en el siglo XIX, para reaparecer ocasionalmente en los programas de los teatros en el XX . Musicalmente mira de tú a tú a las obras maestras posteriores a pesar de que el libreto no está a la altura de los que vendrán con la entrada en liza de Da Ponte. Una obra de una madurez sorprendente, y más si tenemos en cuenta que el genio austriaco contaba con 25 años de edad cuando la compuso.
El título de la película ochentera de Scorsese, que encabeza esta crítica, va en el mejor de los sentidos : fue una noche de esas que se disfrutan. Buena parte de la culpa del éxito de la velada la tiene la sorprendente escena de Livermore. El director traslada la acción a un futuro de tintes apocalípticos. La fama de hiperactivo del turinés la tiene bien ganada a tenor del exigente y cuidado trabajo en la dirección de actores. También son las de Livermore, y esta no es una excepción, producciones trabajadas en la recreación de espacios a través de proyecciones y del empleo de elementos físicos como pasarelas o, en este caso, la introducción, muy acertadamente, del liquido elemento de forma permanente recreando la costa de del Mediterráneo. Por si fuera poco, Livermore homenajea a Stanley Kubrick con la recreación de ese espacio blanco de estilo Luis XV. Un Idomeneo de mucha calidad escénica que invita a participar intelectualmente también al espectador .
En lo puramente musical fue una noche más que interesante. Decir que debutaba en el podio José Ramón Martín. El joven director valenciano, repetidor habitual en el teatro, se decantó sabiamente por la discreción y sobriedad en el gesto, “dejando hacer” a una orquesta que ya venía perfectamente adoctrinada por todo un especialista como Biondi. Al término varios músicos señalaban con agrado esa circunstancia. Transcurridos los nervios del principio, indicaciones las justas, entradas, las precisas, lo que se tradujo en un sonido orquestal extraordinario. La formación sonó muy flexible ora transparente , ora densa e incluso opulenta en algún pasaje. El Mozart desangelado (Maazel aparte) de las primeras temporadas ha quedado atrás y ahora sí que luce la orquesta de Les Arts un sonido mozartiano de primer nivel. Asimismo mención de honor de un coro, también pasado por agua, absolutamente colosal.
Este Idomeneo está notablemente cantado . Por encima de todos un Kunde memorable y emocionante. No será un cantante mozartiano según los cánones, pero qué forma de frasear y modular tan extraordinaria que nos llega dentro. Hay artistas que poseen un algo indefinible que no se cansa uno de verlos y escucharlos sobre un escenario, haciéndose demasiado breves cada una de sus intervenciones. Es una mezcla de magisterio , capacidad de transmitir y carisma, que los hace únicos en su especie. Valiente y entregada la valenciana Carmen Romeu que fue de menos a más para acabar pletórica en su “D´Oreste, D´Ajace”. Su Elettra está llena de fuerza dramática en lo vocal y en lo actoral. Posee una voz dúctil que además llena la sala sin problemas de proyección. Un futuro lleno de éxitos, sin duda. Lina Mendes es otra de las triunfadoras de la noche. Comenzó algo tirante pero cuando fue entrando en calor demostró unas dotes para el canto mozartiano de primer nivel, lleno de gusto y naturalidad, sin ñoñería . Bacelli, finalmente, lució ante todo clase con un notable Idamante. El resto, muy correctos en sus papeles.
El público que llenaba la sala disfrutó de un éxito sin paliativos . Bravos muy repartidos pero especialmente intensos para bravos especialmente un José Ramón Martín, al que todavía le debe durar el subidón, apoyado desde el patio de butacas por no pocos seguidores que habían acudido al teatro a ser testigos de su debut. Es reconfortante observar que estrenarse en un foso como Les Arts es todo un logro despierta respeto, orgullo y admiración y no una circunstancia que pasa desapercibida. Así debe ser siempre.
Ficha
Palau de Les Arts. 28 de abril
Idomeneo, drama en tres actos de W. A. Mozart
G. Kunde, C. Romeu, M. Bacelli, Lina Mendes, E. Faraldo
Cor de la Generalitat
Orquesta de la Comunitat Valenciana
Ballet de la Generalitat
José Ramón Martín, director musical
Davide Livermore, director de escena