Alicante
Coronavirus: así se vive la pandemia en la isla poblada más pequeña de España
Los 60 vecinos de Tabarca y los restaurantes abren sus despensas para compartir alimentos y se ayudan para aprovechar los pocos desplazamientos posibles
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Ahora que aislamiento se ha convertido en la palabra clave, fundamental para hacer frente al coronavirus , hay una comunidad de vecinos que puede aportar su experiencia porque viven acostumbrados a preparar y dosificar sus desplazamientos: los 60 vecinos de Tabarca (Alicante ), la isla poblada más pequeña de España.
Un ejemplo del compromiso de todos se ha vivido este jueves, cuando el Restaurante Almadraba , uno de los más conocidos, invitó a arroz «del Senyoret» («señorito») una de las recetas más apreciadas de la zona, preguntando primero para cuántos comensales para no despilfarrar y repartiéndolo con precauciones con la coordinación de la Policía Local y en «túper», para guardar las distancias.
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Esa primera reacción de compartir también ha partido del Hotel Boutique , en la antigua Casa del Gobernador, y de otros establecimientos, como el Restaurante Don Jerónimo , que han abierto sus despensas igualmente por si hace falta.
«Tampoco hace falta moverse mucho, cuando desembarcamos en el punto más cercano del continente, en Santa Pola, a unos 200 metros hay un supermercado y a cien una farmacia», describe Carmen Martí, presidenta de la asociación de vecinos Isla Plana de Tabarca.
Su única reivindicación para esta cuarentena, más que razonable, la han visto satisfecha «gracias a la prensa», y era contar con al menos un servicio de barco regular, con el que pueden acudir una vez a la semana a por alimentos y medicamentos, como el resto de la población. «Estamos como todos lo españoles», se apresura a aclarar la portavoz vecinal, un poco abrumada por la inquietud de los moradores de este pequeño «pueblo» en el que todos se conocen y ahora se ven sobresaltados por la atención mediática.
Pero aunque se empeñe Martí en compararlos con la mayoría, en esta isla se distinguen por una generosidad especial. «Hay mucha solidaridad, como cuando ha habido algún temporal y nos juntamos para ver qué tiene cada uno de comida y se dice lo de ' ¿cenamos en tu casa o en la mía? ', se hace mucha piña, aunque ahora, claro está, sin salir», relata Martí. Ahora, obviamente, cada uno está en su domicilio y no pueden juntarse, pero sí compartir con todas las precauciones con ayuda de la Policía Local.
Desde el continente
A pesar de estar habituados a arreglárselas casi en familia, el actual confinamiento resulta excepcional y entraña dificultades también en esta comunidad tan unida. «Hay gente que se ha quedado en viviendas del continente, pero no todo el mundo tiene, o ha ido a casa de sus hijos ; de quienes se han quedado en la isla, mucha gente del comercio y la hostelería preparando para la temporada, y también los que viven todo el año, o personas mayores», explica. De hecho, ella misma está en Alicante y está al corriente de la situación puntualmente en contacto con una compañera suya de la directiva de la asociación vecinal.
«Nos ayudamos los unos a los otros, pero no se puede pedir a un vecino que deje su trabajo para llevarme a mí a comprar», señala la presidenta, que recuerda que fuera de este estado de alarma, hay ciertas limitaciones: «Si quieres trabajar, dependes de tener una zodiac para salir a las siete de la mañana, o quedar con varios vecinos, solo cuando hay obras, por ejemplo, en la muralla, entonces sí había servicio de barcos tan temprano».
Con todo, no se quejan y no olvidan que este aislamiento más evidente que el del resto de alicantinos también ha favorecido que no tengan ningún caso conocido de contagio del coronavirus.
«El pan lo congelamos o, en alguna ocasión, un vecino que tiene que ir a trabajar viene con un saco lleno para más gente», indica.
En cuanto al teletrabajo , tan comentado estos días, la escasa densidad demográfica acarrea ciertos frenos a la tecnología, por falta de clientela para que sea rentable a las compañías de telefonía. « Solo hay una antena y una compañía, la fibra óptica llegó el año 2000 pero está infrautilizada, la cobertura es regular, si cualquier operadora quisiera hacerse cargo, pero como censados somos 60 y en verano cada uno se ha buscado un poco la vida...»
Y las urgencias médicas están cubiertas : hay un enfermero con línea directa con la UCI del hospital, barcos dispuestos -incluso excepcionalmente la lancha de la reserva marina- y puede acudir el helicóptero .