Covid-19
El coronavirus se propaga a menor velocidad en Valencia que en el resto de España
El índice de reproducción en la provincia fue el más bajo del país durante los días previos a la desescalada
El Gobierno respalda la propuesta de Ximo Puig para restringir la movilidad entre regiones en Semana Santa
Valencia se reencuentra con sus bares cuarenta días después
En directo | Última hora del coronavirus en la Comunidad Valenciana
Valencia es la provincia que presenta el índice de reproducción (Rt) del coronavirus más bajo de España -actualmente en el 0,62-, en la misma posición que Cádiz. Este indicador permite conocer a cuántas personas contagia de media un positivo en coronavirus .
El promedio nacional se sitúa en el 0,81, según los datos que ofrece la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave), actualizados hasta el 21 de febrero, una semana antes de que se iniciara la desescalada de las restricciones en la Comunidad Valenciana.
Cifras que se alejan de la barrera del 1, que indica que la infección se está propagando de forma descontrolada entre la población, puesto que cada enfermo infecta a otra persona como mínimo, complicando así el rastreo.
Solo Santa Cruz de Tenerife (1,08), Huesca (1,03) y Melilla (1.01) supera ese umbral, pero 21 de las 50 provincias españolas están por encima del índice de reproducción nacional , con especial atención a Lleida (0,99), Álava (0,99), Burgos (0,98), Navarra (0.97), Las Palmas (0,97), Zamora (0,96), Girona (0,91) y Barcelona (0,91).
A la cola se encuentran, además de la provincia valenciana y la andaluza, La Rioja (0,63), Badajoz (0,63), Alicante (0,65) , Segovia (0,66), Ciudad Real (0,67) y Castellón (0,68) , que comparte la misma cifra con Málaga, Palencia, Teruel y Valladolid.
Las tres provincias valencianas, por tanto, se encuentran en los niveles más bajos de España en cuanto a la propagación del covid-19. Castellón, además de ser el territorio que tiene un índice más elevado, acumulaba a 25 de febrero una incidencia a catorce días de 221,6 casos por cada cien mil habitantes , frente a las infecciones activas en las provincias de Valencia (206,5) y Alicante (202,5), según los datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad en su balance semanal.
El último pico más bajo de transmisión del covid en la Comunidad Valenciana desde el pasado mes de mayo se remonta al 13 de febrero, cuando el Rt se situó en el 0,57 . Desde entonces se ha incrementado hasta el 0,64, convirtiéndose en la segunda autonomía, una décima por encima de La Rioja y al mismo nivel que Extremadura, con menor circulación del virus.
El coto a la sociabilidad como reto para la desescalada
La región se asentó en una tendencia a la baja tras un verano en el que se llegó a cruzar ampliamente la línea de alerta -con picos de hasta el 1,7 a mediados de julio- aunque sin llegar a las cifras de transmisión comunitaria del mes de marzo, previas al confinamiento.
Sin embargo, el escenario cambió por completo tras un puente de octubre con total movilidad, puesto que el cierre perimetral no se estableció hasta finales de ese mes. De hecho, el día 20, cinco jornadas antes de decretarse el toque de queda, el índice de reproducción se situó en el 1,34.
Un pico en la propagación del virus -1,33- que se volvió a repetir después del puente de la Constitución, el 16 de diciembre, con las reuniones sociales restringidas a seis personas como máximo, y que prolongó el escenario de transmisión comunitaria hasta finales de enero. Tres días después de Reyes se alcanzó el máximo de la tercera ola , puesto que cada positivo contagiaba a 1,39 personas. Las consecuencias: una avalancha de hospitalizaciones y muertes que todavía pone en jaque al sistema sanitario valenciano.

Si nos fijamos en el gráfico, el descenso de la transmisión se consolidó a mediados de enero tras el cierre de la hostelería y el coto a las reuniones sociales entre no convivientes, pero se empezó a producir justo una semana después de que se decretaran más restricciones tras unas Navidades en las que el coronavirus circuló a sus anchas por los hogares valencianos.
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Ese es precisamente el reto que tiene entre manos en estos momentos la Generalitat: encontrar el equilibrio para realizar una desescalada que permita seguir con la actividad económica con el temor de una cuarta ola y el agravante de las nuevas cepas. La receta que parece más efectiva es la de seguir limitando las relaciones sociales -ahora solo entre convivientes en privado y un máximo de cuatro personas en público- y reduciendo la movilidad . De ahí la propuesta que ha lanzado Ximo Puig al resto de autonomías para restringir los deplazamientos durante la próxima Semana Santa .
En cualquier caso, para frenar esa cadena de contagios y no perder la trazabilidad del virus es crucial rastrear los posibles contactos y realizar pruebas diagnósticas ante la sospecha de que un paciente esté infectado. Más aún si tenemos en cuenta que cuatro de cada diez valencianos son asintomáticos y pueden contagiar a otras personas sin saberlo.
Sin embargo, la saturación de los centros de salud ha provocado que se espere hasta cinco días en el peor de los casos -tres de media- para realizar una PCR, algo que también ha influido en que se haya pasado de conocer el 65% del origen de los casos al 50% en apenas dos meses. La Comunidad Valenciana es la región que más apuesta por este método de detección -el más fiable, aunque más costoso-, mientras el resto de autonomías optan por dar más peso a los test rápidos de antígenos.
En los últimos días, la incidencia acumulada ha experimentado un notable descenso hasta los 111 casos por cada cien mil habitantes de este mismo lunes , por debajo de la media nacional. Sin embargo, de acuerdo con el Ministerio de Sanidad, las tres provincias siguen teniendo una de las tasas de positividad más altas de España : el 10,17% de las PCR que el sistema sanitario valenciano realiza ofrecen un resultado positivo. Al mismo tiempo, la tasa de pruebas diagnósticas analizadas es de 1.060 por cada cien mil habitantes, por debajo del promedio de toda España (1.766) y la segunda más baja del territorio.