Fiestas
Coronavirus: la evolución de la pandemia convierte casi en utopía la celebración de las Fallas en julio
Valencia decidirá el 15 de junio si se dan las condiciones sanitarias óptimas para poner en marcha una fiesta multitudinaria
En directo | Última hora del coronavirus y el estado de alarma en la Comunidad Valenciana
«El Ayuntamiento -de Valencia- propuso celebrarlas a mediados de julio, pero en estos momentos es muy aventurado saber qué va a pasar en los próximos meses». Eran las palabras del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en una entrevista en TVE días después de comparecer ante los valencianos para anunciar la suspensión de las Fallas en toda la Comunidad Valenciana por el coronavirus . Un dardo con el que el jefe del Consell evidenció que el hecho de poner fecha a las fiestas tan pronto no había sentado bien en el Palau.
Con las luces de los barrios encendidas, los actos previos en marcha y algunos monumentos ya en la calle, aquella tarde del 10 de marzo, que parece tan lejana, empezaba a anticiparse la virulencia con la que una pandemia mundial golpearía nuestras vidas y el Gobierno autonómico -pese a las reticencias iniciales de algunos de sus miembros- no pudo retrasar más una decisión histórica que también se llevó por delante la Magdalena de Castellón.
En la rueda de prensa del día posterior en el Salón de Cristal del Ayuntamiento de Valencia y con la ciudad «en shock», el alcalde, Joan Ribó, no quiso especular con una hipotética fecha . Sorprendió entonces que, apenas seis horas después , el consistorio y las asociaciones falleras anunciaran un calendario consensuado para celebrar las fiestas en verano, aprovechando el marco de la Feria de Julio y el fin de semana que coincidía con los días que tradicionalmente han marcado las celebraciones más importantes - del 15 al 19 -.
Un «plan B» que en su momento suscitó tanto el beneplácito como el rechazo de algunos de los colectivos más arraigados a las Fallas. También a nivel político, desde la oposición en el Ayuntamiento y algunas voces socialistas del Gobierno autonómico, veían la jugada de Ribó como una forma de tapar su ausencia en la reunión previa al anuncio de la suspensión , a la que sí acudió el concejal de Cultura festiva, Carlos Galiana, -también de Compromís- y a la que, según el primer edil, no se le había invitado.
La búsqueda de soluciones para los artistas falleros , ante el golpe que puede suponer para un sector tan precario el hecho de no dar salida a sus trabajos, centró en un primer momento el debate sobre la conveniencia de quemar los monumentos lo antes posible para empezar a pensar en los próximos. De hecho, algunas comisiones han renovado a sus artistas de cara a 2021 para que puedan mantener abiertos los talleres y hagan frente a los pagos con sufienciente solvencia económica.
Pero en los casales, al tiempo que empieza un nuevo ejercicio contable con los ninots del anterior guardados, la idea inicial de unas Fallas en bañador y chanclas empieza a desvanecerse ante las cifras que arroja el coronavirus cada día a dos meses vista de tomar una decisión. Eso sin contar el aplazamiento de otros grandes eventos similares, como las Hogueras de Alicante -previstas para finales de junio- que finalmente se celebrarán a principios de septiembre.
Desde el Ayuntamiento son cautos. Fuentes municipales explican a ABC que la nueva fecha se fijó como un «punto de esperanza» y que en todo momento se explicitó que la decisión definitiva se tomaría el 15 de junio . Llegado ese día, serán las autoridades sanitarias -«a nivel autonómico y estatal»- quienes aconsejen o no volver a poner la maquinaria en marcha. El Gobierno municipal, insisten las mismas fuentes, no quiere dar ningún paso en falso que pueda tener consecuencias negativas para los sectores implicados y abogan por esperar a la evolución del virus.
«En estos momentos no tengo una bola pero las decisiones están perfectamente delimitadas. Si es posible lo haremos y si no es posible no lo haremos », señalaba este jueves el propio Ribó preguntado al respecto por los medios en rueda de prensa.
En cualquier caso, ¿cuál sería el «plan C»? El presidente Puig ya salió al paso en su momento y señaló octubre como un horizonte más favorable para sacar de nuevo los monumentos a la calle. El festivo autonómico del viernes 9 para la plantà y la festividad nacional del lunes 12 para la cremà situarían el segundo fin de semana de ese mes en el centro de las posibilidades como una opción más realista teniendo en cuenta la magnitud de la crisis a la que España -y el mundo- está haciendo frente.
De momento, el alcalde de Valencia cree que celebrar las Fallas en julio «no es imposible porque a partir de muy pronto puede haber una cierta desescalada», al tiempo que apunta a que «esa posibilidad existe. ¿Es segura?, no. ¿Es posible?, sí . La decisión, el 15 de junio».