Tribunales
Consuelo Císcar defiende que la compra de las obras de Rueda fue «muy ventajosa» para el IVAM
La exdirectora del museo valenciano sostiene la legalidad de las operaciones con el heredero del artista en el juicio por el presunto fraude millonario
La exdirectora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Consuelo Císcar , ha defendido este martes la legalidad de la compra de reproducciones de obras del escultor Gerardo Rueda -al precio de originales- por parte del museo. Era una comisión y no ella, ha aseverado, quien valoraba este tipo de operaciones, que se hicieron «con todas las garantías».
La Audiencia de Valencia ha iniciado este martes la vista oral por la última de las tres piezas separadas sobre las irregularidades en la entidad pública. Una causa abierta por un presunto fraude que alcanzaría los cuatro millones de euros en la que también están procesados el entonces director financiero del IVAM Juan Carlos Lledó y el heredero del artista fallecido en 1996, José Luis Rueda.
«Vengo a declarar para decir verdad», ha señalado Císcar nada más comenzar su intervención, en la que solo ha respondido a las preguntas de su abogado , que ha pedido la nulidad de la instrucción, algo que se resolverá en la sentencia.
La acusada por delitos de prevaricación administrativa, falsedad documental y malversación de caudales públicos ha relatado ante el tribunal que tuvo intención de convertir a Gerardo Rueda en un referente del museo como lo era Julio González: «Siento el deterioro a su figura, no se merece lo que está pasando aquí en su nombre».
Respecto al primero de los expedientes bajo sospecha, el de la compra en 2004 de una reproducción de «El Gran Relieve» que se adquirió por 360.000 euros junto a trece piezas donadas, Císcar ha incidido en que se trataba de «una obra auténtica, legal y válida» , puesto que «se pueden tener hasta nueve reproducciones» de una misma creación.
«Teníamos conocimiento todos», ha dicho, de que era un ejemplar diferente de la misma obra que se había expuesto en el IVAM en 1996 y que adquirió el Museo Reina Sofía. También tenían constancia de que se había realizado de forma póstuma , pero ha sostenido que «no es preceptivo» que la naturaleza de la pieza aparezca en el contrato.
El otro expediente, de 2006, comprendía la compra de otras siete obras que tampoco fueron ejecutadas en vida por el autor. Por esta operación, se abonaron cerca de 2,6 millones de euros. El acuerdo incluía la donación de 77 piezas más y obligaba al IVAM a asumir los gastos de fundición -medio millón- de 44 de ellas en una fundación privada -la de Eduardo Capa- donde «tenían instrucciones» del propio creador.
Pese a la elevada cifra, «en ningún momento», ha subrayado, pensó que era «un inconveniente» para el museo porque «en este caos era bastante superior la donación a la compra». Se trataba de u na operación «muy ventajosa» e «increíble» para el IVAM , como asegura que decían varios expertos, en la que José Luis Rueda no condicionó a nada su donación y «solo pidió unas cuantas contraprestaciones», entre las que se encontraban «itinerancias» -que la instructora cuantificó en 720.000 euros-. Algo que, para Císcar, «en absoluto» es anómalo. Tanto es así que ha agradecido a Rueda «su generosidad».
Consuelo Císcar, de 76 años, ha asegurado que llevó «de manera muy excelente» sus funciones como directora de la entidad cultural entre 2004 y 2014. Una gestión de la que afirma sentirse «muy orgullosa». No obstante, reconoció el pasado mes de septiembre –en la pieza principal del caso- que había utilizado recursos del centro de artes para promocionar la carrera de su hijo, Rafael Blasco, conocido como ‘Rablaci’. Císcar admitió la malversación y aceptó la pena de un año y medio de cárcel -por lo que ya le constan antecedentes penales- y una multa de 75.000 euros. Ahora la Fiscalía solicita para ella una pena de seis años de cárcel.
La vista se reanudará mañana miércoles con la declaración de los otros dos acusados. El juicio está previsto que concluya el próximo 23 de noviembre tras trece sesiones en las que se prevé que comparezcan alrededor de sesenta personas, entre peritos y testigos.