Valencia
Condenan a prisión a una cuidadora por abandonar a una anciana discapacitada que murió con desnutrición
La víctima falleció por infección respiratoria agravada al estar mal alimentada y sin higiene con heridas sin curar
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Una cuidadora ha sido condenada en Valencia a dos años de prisión y pagar 4.000 euros de indemnización por abandonar a la anciana discapacitada a la que atendía, que falleció en el hospital por una infección respiratoria que se agravó por esta falta de cuidado y por malnutrición.
Así consta en la sentencia, contra la que cabe recurso, en la que se condena a la mujer, que ejercía como cuidadora no profesional de la anciana, nacida en 1923 y totalmente dependiente de ella. Durante un periodo de tiempo, según señala la resolución, la ahora condenada desempeñó su trabajo sin incidencias pero, desde el verano de 2016, al tener que dedicar toda su atención a un negocio que había abierto su marido, no dispensó a la anciana los cuidados esenciales y atenciones necesarias.
Como consecuencia de ello, la mujer presentaba desnutrición, deshidratación, falta de higiene y heridas no curadas. A petición del hijo, se revisó por los servicios sociales la situación de dependencia y en enero de 2017 se le concedió plaza en centro residencial, en el que ingresó el 7 de febrero, presentando en ese momento «estado de desnutrición importante, con gran deshidratación», además de náuseas y vómitos alimenticios, descamación, falta de higiene y heridas sin curar.
Desde tiempo atrás
Ante su situación, la mujer fue trasladada el 9 de febrero a un centro sanitario donde falleció cuatro días después por una infección respiratoria . El juzgado ha condenado a la cuidadora al entender, por informes médicos expuestos, que el « lamentable estado » que presentaba la paciente al ingresar en la residencia «evidenciaba una total falta de cuidado y atención de la anciana durante bastante tiempo atrás» y un estado higiénico y con heridas que «no pueden surgir de un día para otro».
Para el magistrado, «no existe duda alguna de que la única persona encargada de la guarda no prestaba a la anciana la debida atención y la dedicación adecuada por cuanto el estado de la anciana descrito por el médico de la residencia no puede justificarse sino desde la más absoluta desidia y desinterés en el cuidado», sin asumir «en absoluto» las explicaciones proporcionadas por la acusada y corroboradas por sus amigas sobre la alimentación e higiene que proporcionaba a la mujer diariamente «por cuanto en ese caso no hubiese presentado ese estado tan lamentable al ser trasladada a la residencia».
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