Tribunales

Condenan a la Generalitat Valenciana a pagar 30.000 euros a la familia de una mujer que sufrió tetraparesia

El fallo concluye que se produjo una mala praxis en la operación a la que fue sometida la paciente en un hospital público

Imagen de archivo del hospital Clínico de Valencia ROBER SOLSONA

D. V.

La Generalitat Valenciana tendrá que pagar 30.000 euros a la familia de una mujer ya fallecida por una mala praxis en una intervención quirúrgica. La sección segunda de la sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) ha condenado a la Conselleria de Sanidad a abonar 30.000 euros por mala praxis en una paciente: sufrió tetraparesia --disminución de movilidad en las cuatro extremidades-- tras una defectuosa operación.

Así se desprende de la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, en la que el tribunal estima parcialmente la demanda interpuesta por la familia de la paciente -fallecida por otros motivos ajenas a esta causa- contra la desestimación presunta de la reclamación de responsabilidad patrimonial. Se reconoce el derecho de la comunidad de herederos de la víctima, representada por la letrada Carmen Romero , a ser indemnizada con 30.000 euros más los intereses desde la fecha de la reclamación.

Patologías previas

Los hechos se remontan al año 2008. La paciente era una mujer con antecedentes patológicos importantes: hipotiroidismo por enfermedad de Hasimoto, hipercolesterinemia, lupus eritematoso y síndrome de Raynaud en miembros superiores.

Para tratarse el síndrome de Raynaud, la mujer recurrió a un sistema por neuroestimulación medular cervical y fue muy eficaz para el alivio de sus síntomas. Sin embargo, siete años más tarde, en una revisión ordinaria, se le detectó un aumento de impedancias --resistencia eléctrica-- en uno de los electrodos.

Se le intentó retirar en el Hospital General de Valencia pero, al no poder localizárselo, se le remitió al Hospital Clínico, centro que cuenta con una unidad experimentadora en este campo.

Así, se le intervino en este centro sanitario en octubre de 2008 para retirarle el electrodo y colocarle uno nuevo con el que aliviar el dolor. La paciente firmó el consentimiento informado de la anestesia y del acto quirúrgico. Tras la operación, sufrió tetraparesia.

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