Valencia

Condenado a 18 años de cárcel por matar con un cuchillo jamonero al hombre al que vendía móviles robados

El agresor y su pareja le robaron 1.400 euros que llevaba encima y se los gastaron en cocaína

Prisión de Picassent ABC

ABC

Un hombre ha sido condenado en Valencia a 18 años de cárcel por matar con un cuchillo jamonero a otro a quien vendía móviles robados tras una discusión cuando le exigió todo el dinero que llevaba encima. El homicida confesó y la mujer que era entonces su pareja también deberá ingresar en prisión con una pena de 9 años por haberle ayudado a tapar el cadáver.

En la sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia ha quedado probado que el condenado urdió un plan junto a su pareja para llevar a la casa que okupaban a la víctima, a quien vendían móviles y ordenadores robados . La mujer negó luego en el juicio ante el tribunal popular haber participado en la agresión mortal y solo admitió que ayudó a ocultar el cuerpo.

Tras el veredicto de culpabilidad alcanzado por el tribunal del jurado, la Audiencia ha decidido condenar al acusado a 13 años de prisión por homicidio, además de prohibición de acercarse a la familia del fallecido a menos de 500 metros en cinco años; a cinco años más de cárcel por robo con violencia, y a cuatro meses por profanación de cadáveres, todo ello con la agravante de abuso de superioridad que también se le aplica a su entonces pareja.

La mujer ha sido condenada como cómplice a siete años y medio de prisión por homicidio, con la misma restricción respecto a acercarse a la familia del fallecido; a dos años por robo con violencia, y a una multa de 1.200 euros por profanación de cadáveres. Asimismo, ambos deberán indemnizar conjuntamente con 90.500 euros a cada una de las dos hijas menores de edad de la víctima y la misma cantidad a la que era su mujer , así como los 1.400 euros que le sustrajeron y el valor de la tasación de los móviles también robados.

La sentencia sigue las peticiones que realizaba la Fiscalía, mientras que la acusación particular, que representa a la familia, solicitaba 24 años de prisión por asesinato y cinco más por robo con violencia e intimidación, con la agravante de reincidencia en el robo. Las defensas, por su parte, pedían la libre absolución de sus representados.

Cadáver bajo escombros

En su declaración en el juicio, el pasado 10 de junio, el acusado reconoció que fue él quien mató al hombre. De hecho, ya se lo había confesado en su día a un periodista de Levante-EMV, y en la vista justificó que lo hizo porque "no tenía el valor de ir a la Policía" a admitirlo. Los investigadores acabaron hallando el cadáver cubierto por colchones y escombros cinco meses y medio después del 9 de enero de 2016, día en el que ocurrieron los hechos.

Por su parte, la defensa de la procesada negó los hechos y apuntó que su representada no era "autora ni responsable de ningún delito" y además sufría un "estado de intoxicación plena por alcohol".

En su declaración, el acusado explicó que vendía al fallecido objetos robados, como móviles u ordenadores. Como sabían que este solía llevar dinero encima, acordaron llevarle hasta la casa que okupaban, en la calle Pianista Iturbi, para "robarle", según admitieron ambos condenados.

Sin embargo, él dijo que por cómo era la víctima ambos sabían que era probable que se enfrentaran y acabaran matándole y ella indicó que fue su entonces pareja el que se llevó al hombre a la casa y que ella ni siquiera estaba en la zona donde ocurrió todo.

El hombre sostuvo en la vista que ella le presionó en tres o cuatro ocasiones para robar al fallecido: "Nos vimos en una situación muy mala y ella no paraba de meterme presión. Iba hasta arriba de bebida. Al final decidimos matarle. Fuimos a buscarlo al lado de una tienda de segunda mano y le llevamos a la casa. Yo le pedí dinero, él se negó. Nos peleamos él y yo. Yo estaba en el suelo y la única opción que tuve fue clavarle el cuchillo", relató.

Botín para cocaína

Después, según contó, le dijo a la mujer que fuera a por un edredón y entre ambos desnudaron al fallecido, le quitaron dos móviles y el dinero que llevaba -unos 1.400 euros , que después se gastaron en cocaína -, lo ataron y tiraron el cuerpo al patio de la casa, donde lo cubrieron con colchones con la intención de ocultarlo. Finalmente, buscaron a un compañero para que les ayudara a deshacerse del cuerpo, a lo que este se acabó negando.

Por su parte, la mujer reconoció que sí hablaron de "dar un escarmiento" al fallecido, pero afirmó que su intención era "engañarle" con algún negocio y no matarle ni robarle. Negó haber participado en el crimen y aseguró que se encontraba en otra planta de la casa cuando sucedió y que cuando escuchó gritos bajó de inmediato y se encontró el cuerpo del fallecido en el suelo. Sí reconoció que entonces ayudó al que era su pareja a arrastrar el cuerpo hasta el patio y a esconderlo.

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