Sociedad
El colegio valenciano que ilustra la inclusión en la educación concertada
El cardenal Cañizares reivindica el modelo ante los ataques del Gobierno
La manera en la que el Gobierno central ha señalado a la educación concertada como «clasista» en la conocida como «ley Celaá» o a la hora de repartir los recursos económicos a raíz del coronavirus ha querido ser contrarrestada por el cardenal Antonio Cañizares en una carta dirigida a la toda la diócesis de Valencia a través del periódico «Paraula». Y lo ha realizado con un ejemplo concreto: el del centro Santiago Apóstol, situado en el barrio del Cabanyal de la ciudad. «Un nuevo David -un colegio sencillo y pobre- derrota al Goliat del Gobierno», se titula su texto, en el que detalla la labor de integración en un entorno de pobreza y exclusión social .
La amplia mayoría del alumnado, destaca monseñor Cañizares, es «perteneciente a familias pobres, emigrantes, algunas desestructuradas, en riesgo de ser desprovistas de sus humildes viviendas».
«Este es un colegio, uno más de los destacados ‘colegios privados’, a los que el Gobierno discrimina, excluye y margina ahora, al margen de toda equidad y justicia, en la distribución económica de la Reconstrucción por la pandemia y a los que la Propuesta legislativa sobre educación que está en trámites parlamentarios ataca, vulnera y quiere destruir o suprimir de hecho, dictatorialmente», critica el arzobispo de Valencia.
El director del centro Santiago Apóstol, Jordi Bosch, explica a ABC el proyecto de comunidades de aprendizaje que llevan aplicando desde 2012. Éste parte de la perspectiva de la colaboración de toda la comunidad educativa y su objetivo es mejorar la convivencia y los resultados académicos en un colegio en el que el 95% de las familias, casi todas ellas pertenecientes al pueblo gitano, se encuentran fuera del sistema.
«Tratamos de que gente que nunca ha ido a la escuela se implique en la educación de sus hijos. Trabajamos de forma transversal con una formación abierta a todo el barrio. Hay vecinos que han aprendido a leer y a escribir e incluso les hemos ayudado a sacarse el carnet de conducir », relata.
Graduado escolar
Jordi comenta que, como suele ser habitual en este tipo de contextos, su finalidad los primeros años era lograr algo tan básico como que los alumnos acudieran al colegio. Sin embargo, actualmente la perspectiva ha pasado a ser integral y ahora trabajan para subir el nivel curricular y que sea normalizado. «Estamos consiguiendo que los estudiantes accedan a Secundaria con garantías de sacarse el graduado escolar », remarca. Algo que ha ocurrido con alrededor de una decena este año. Además, la implantación de la Formación Profesional Básica recientemente les está ayudando a que puedan seguir adelante con los grados medios.
Su labor va más allá del horario lectivo y participan en un proyecto de inclusión del barrio, atendiendo a personas que no son del centro.