Guillem Bertomeu - LLETRAFERIT
Coches, gin tonics y silencios en el partido
«Víctor Sahuquillo es un superviviente de partido que siempre se abraza al árbol que más calienta»
El presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez , se equivocó al poner como gerente de Imelsa, la ahora llamada Divalterra, a una amistad del partido, con una gestión bastante cuestionable, por decirlo de manera correcta, en los puestos de responsabilidad que ha ostentado.
Imelsa está en el ojo mediático desde el caso del “yonky del dinero”, y por mucho que se le cambie el nombre a Divalterra ha vuelto a ser protagonista por situaciones lamentables con su flamante nuevo gerente. Suspensiones por la externalización de servicios jurídicos, uso del coche oficial para su vida privada, además de gin tonics y licores a cargo de la empresa pública , son sólo algunos de los ejemplos que han salido últimamente en prensa, pero tampoco es nada nuevo en Victor Sahuquillo , y en este diario se ha evidenciado años atrás .
Sahuquillo fue jefe de gabinete en Alfafar en su última etapa socialista. Uno de los responsables de generar una deuda cercana a los 40 millones de euros en un municipio de 20.000 habitantes y con episodios indignantes como viajes a Colombia y Baleares a cargo del erario público. Regalos, un sinfín de facturas de restaurantes, también de compras de productos gourmet, donde en un mes llegó a gastar más de 3000 euros en hoteles y comilonas. Todo un gran socialista gourmet, sin duda.
También fue secretario de acción política y electoral del PSPV con Alarte y responsable de la campaña de 2011 , que fue otro fiasco donde Camps con todo el caso Gurtel en su máximo apogeo volvió a revalidar el rodillo de sus mayorías absolutas.
Sahuquillo es un superviviente de partido que siempre se abraza al árbol que más calienta, o a la familia dominante de turno, y en esta época su salvavidas es Rodríguez, que de momento guarda silencio, ante los propios ataques desde dentro del partido y de la “todopoderosa” Oltra afirmando que se quite de encima el lastre del gerente de Divalterra. El tiempo dirá, de momento silencio, pero a Sahuquillo cada vez le quedan menos salvavidas.