José Font - CUADERNOS DE NAPOLEÓN

Ciudadano K

«La izquierda radical ocupa otro puesto estratégico para seguir con su plan de catalanización»

Imagen de Jordi Caparrós con el rector Morcillo ABC

JOSÉ FONT

Ojalá me estuviera refiriendo a la célebre película de Orson Wells sobre el poder, la alta política y el servicio a la comunidad, pero de eso en Valencia, ya no nos queda nada. El término ciudadano, en este caso, lejos está de la figura civil nacida para los franceses a partir de 1789 .

Esta semana de inicio de Fallas oficialmente , la izquierda radical ocupa otro puesto estratégico para seguir con su plan de catalanización e imposición del pensamiento único. El Ciudadano “Kaparrós” que ha sido nombrado delegado de la juventudes… universitarias, se estrena en el cargo con polémica y advertencias de muchas de sus víctimas de las facultades valencianas, como el diputado del Partido Popular en las Cortes Valencianas, Juan Carlos Caballero , que ya advirtió en una nota de prensa de quién era y cómo actuaba el Ciudadano K al mando de las operaciones de revuelta estudiantil. El presidente de las NNGG de la Comunidad Valenciana, ha solicitado en un comunicado, al Rector de la Universidad de Valencia, la destitución del nuevo representante de los estudiantes.

Es el Ciudadano K, el máximo exponente de esa generación que se ha gestado en las sedes del antiguo Bloc , en los institutos y en los colegios públicos con la doctrina del pancatalanismo que tanto hemos sufrido en la Comunidad Valenciana, bajo el paraguas legal de las leyes educativas del Partido Popular de Zaplana y Camps: la inmersión lingüística. Hubiéramos preferido una inmersión anglófila, científica y realmente cultural. Sabemos de la ideología de esta nueva generación de políticos con sus teorías surrealistas y sus nefastas consecuencias, donde el que opina de manera distinta a la de ellos, es un apestado, un traidor a la causa y un proscrito. La supremacía moral de la izquierda . Esa misma superioridad de la progresía que puede decir ciertas cosas y hacer otras tantas, pero que sin embargo le están prohibidas a la derecha, por ese complejo eterno del conservadurismo español. El odio, el revanchismo político al más bajo nivel, el lenguaje violento y el guerracivilismo trasnochado, se han instalado en gran parte de la izquierda española.

Ese mismo léxico virulento lo hemos podido observar en el Congreso de los Diputados en la sesión de investidura. Dijo Felipe González -que no es santo de mi devoción pero ¡cuánto se le echa de menos!- este jueves, que Coleta Morada tiene “una carga de odio y que debería relajarse”, en clara alusión de la metedura de pata del líder coletil con referencias a la guerra sucia de los años 80. En este país y en nuestra comunidad, sobra ira en la clase política y falta mucho valor. Valor para mirar al ciudadano a la cara e intentar solucionar los problemas del día a día, y no crearlos de manera sistemática. Dios nos libre de esta nueva casta.

Más comedido está siendo el Sr. Morera , que se ha convertido en un aficionado a presidir desfiles militares en la Plaza de Tetuán. Bienvenida sea a la normalidad institucional y democrática. Faltan algunos detalles técnicos y de estilo de otros mandatarios de la izquierda valenciana como el alcalde y sus concejales, pero demos más tiempo si cabe, aunque entiendo la duda de la Junta Central Fallera sobre los prohombres del consistorio que no han tenido aún tiempo de aprender la letra del himno regional. ¡Señores regidores, van por mal camino! ¡El regional-folclorismo valenciano no perdona estos pecados!

También Mónica Oltra se ha adaptado a los tiempos gubernamentales. La cabecilla del nacionalismo valenciano, se ha transformado en una nueva estadista en indumentaria y ademanes. En esta nueva faceta desconocida por todos nosotros mientras era el azote del PPCV , ha escurrido el bulto con Otegui, no así sus correligionarios valencianos, que ocupando puestos de relevancia en la Generalidad, han osado en demostrar en las redes sociales, sus mezquinas alabanzas a la libertad de “don” Arnaldo.

Por sus obras los conoceréis, gobernando también. Reconozcamos que parte del nacionalismo y radicalismo de la izquierda valenciana, ha mudado cuando ha abandonado la camiseta, la trinchera, la pancarta y la cuatribarrada. Quizá sea sólo imagen , probablemente la procesión vaya por dentro. Perdón, el desfile. Sigamos sus pasos y lo comprobaremos.

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