OCIO

Cinco lugares en Valencia donde no hay nadie en verano

ABC propone una selección de espacios donde disfrutar de la tranquilidad en vacaciones

Imagen del castillo de Guadalest MIKEL PONCE

ABC

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Imagen del castillo de Guadalest MIKEL PONCE

Castielfabib

Con una población pequeña, el municipio está situado en la provincia de Valencia. También denominado Castiel, es una de las dos villas históricas del Rincón de Ademuz.

La localidad cuenta con un extenso patrimonio. De esta forma se puede visitar la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles, una antigua iglesia fortaleza; el castillo de Castielfabib o las ruinas del Convento de San Guillermo.

Un recorrido por la arquitectura civil de Castielfabib visitando la Casa de las Monjas, el Caserío de Barranco Hondo, el Corral de Bautista, la Casa de la Villa, el Molino de la Villa o la Casa Abadía, te trasladará a la época renacentista y medieval.

La gastronomía es algo que no te puedes perder. Entre sus platos tradicionales, compartidos con el resto de localidades del Rincón de Ademuz, destacan las gachas y el puchero. Por otra parte, la almendra y la manzana son ingredientes esenciales en la repostería local.

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Imagen de la Torre Badúm en la Sierra de Irta turismodecastellon

Sierra de Irta

Para escapar de los chiringuitos, los puestos de souvenirs, multitud de turistas y sombrillas, muchas sombrillas, el paraje natural de la Sierra de Irta, escondido en Peñíscola, ofrece unas playas salvajes, calas y acantilados, que te permitirán disfrutar del sol, la arena y el mar sin aglomeraciones y al más puro estilo paradisíaco con sus aguas cristalinas.

Pero la playa no está reñida con la montaña, por lo que también es recomendable visitar los diversos monumentos históricos en una jornada de senderismo. La ermita de Sant Antoni, el castillo de Pulpís, el logotipo del Parque Natural, la torre Badúm, desde la que se divisa la playa de Pebret, y los restos de un cuartel de carabineros son algunos de los hitos que merece la pena ver.

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Imagen del túnel de la Bouganvillea situado al oeste del jardín jardinesvalencia

Jardín de Monforte

El Jardín de Monforte es un lugar íntimo donde poder evadirse del ajetreo de la ciudad. Con una superficie de 12.000 metros cuadrados, es una de las obras más significativas de la jardinería del siglo XIX. El Marqués de San Juan, D. Juan Bautista Romero, decidió comprar en 1847 esta casa de recreo con su huerto, y convertirla en un esplendoroso jardín.

Dos leones custodian la puerta principal de acceso al recinto. En su interior se puede disfrutar de una recreación del típico jardín mediterráneo del siglo XIX , donde la burguesía ilustrada pasaba las tardes viendo el atardecer.

Durante la visita se encuentran diversas esculturas de mármol , como la estatua de Sócrates, y fuentes ornamentales, como la de Poseidón, distribuidas por todo el jardín. Algunos de los lugares que debes recorrer son: la montañita, donde hay un estanque, rodeado de un pequeño bosque y una cascada circundada por helechos; e l Mirador que antaño era un aljibe que suministraba el agua a todas las fuentes del jardín; el palacete, restaurado en 1990 por el Ayuntamiento de Valencia; y el túnel de la Bouganvillea, una bóveda vegetal formada por una estructura metálica cubierta por un entramado de buganvillas.

Todo ello rodeado de plantas, setos y flores, así como árboles y arbustos antiguos. Si vas, no olvides visitar el lengendario «Ginkgo Biloba», o árbol de los cuarenta escudos, una de las especies más antiguas que puede alcanzar los 30 metros de altura.

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Imagen de Culla desde vista aérea turismodecastellon.com

Culla

Rodeado de vestigios de épocas pasadas, propias de las civilizaciones prehistórica, musulmana, medieval o templaria, Culla está envuelta en una atmósfera mágica y mística.

Situada en la provincia de Castellón, perteneciente a la comarca del Alto Maestrazgo, conserva una gran variedad de monumentos religiosos y civile s , además de varias cuevas y fuentes históricas. Así, las ruinas del castillo medieval , el Granero del Comendador o «la presó» , el antiguo hospital, la Iglesia Parroquial del Salvador, ermitas, caminos como el de Vilafranca por donde realizar excursiones, o descubrir las diversas cuevas, son algunos de los lugares más destacables de Culla.

Lejos de las multitudes de turistas, el municipio también tiene una gastronomía autóctona digna de degustar, que se caracteriza por la elaboración tradicional con ingredientes obtenidos en la propia comarca.

Entre la diversidad de platos típicos destacan «la carn de novià», «el tombet con caracoles blancos» , «el conejo con salsa de rovellones», carne a la brasa con ajo aceite, y en reposteria «pastissets de confitura» , «rotllets d'aiguardent», «mantecados», «magdalenes» y «clariandes».

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Imagen de un plano general de Chulilla ROBER SOLSONA

Chulilla

Desde lo alto de un promontorio se alza el castillo árabe de Chulilla, declarado Monumento Histórico Artístico, el cual todavía conserva las murallas y torreones. En él se asentaron las poblaciones antiguas de la Edad Media.

El tranquilo municipio alberga diferentes edificios religiosos, como la Iglesia barroca de la Virgen de los Ángeles, la Ermita de Santa Bárbara , situada a las afueras de la localidad, y la pequeña ermita rural de San Josepe.

En la parte que da al río, está el Cañón del Turia de Chulilla , de unos 4 kilómetros de longitud y un gran valor paisajístico, muy aconsejable para pararse a tomar unas fotos.

Además, si te acercas al Barranco de Falfiguera, podrás contemplar las pinturas rupestres d e arte levantino pertenecientes al período epipaleolítico. Éstas se localizan en un abrigo situado sobre el lecho del arroyo estacional del río Turia.

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