Cerraremos las relojerías

Me contaba un amigo el arresto de la piscina en la que se bañaba habitualmente. Fue durante su paso por los cuarteles de León , en los 80. Resulta que un soldado se había ahogado y habían arrestado a la piscina. Surrealismo español.

Pero insistimos. De manera sistemática. Como resulta que perdemos un pleito laboral, pues cerramos un ente público . Canal 9. Y si nos quedamos sin tele, pues no pasa nada. Salvo que intentar reabrirla parece una misión que ni Tom Cruise.

Ahora parece que podría pasar algo parecido con Divalterra. Que como los nuevos gestores le han cambiado el nombre pero siguen chapuceando, pues pedimos que la desmantelen.

Me van a permitir una pregunta, ¿Divalterra sirve para algo? Si la respuesta es no, ciérrenla aunque la gestión sea impoluta y eficiente. Si la respuesta es sí, busquen un buen gestor, pero no la cierren.

Si aplicamos la máxima de cerrar lo que no se gestiona bien, acabaremos sin consellerias, sin ayuntamientos, sin gobiernos, sin nada. Porque todo se gestiona mal en algún momento. Y el que esté libre de pecado, pues eso que tire la primera piedra.

Somos una sociedad impulsiva. Nos oponemos frontalmente a que nos retrasen una hora el reloj con el horario de invierno , pero callamos cuando apenas un mes después nos anuncian que nos retrasan una hora más el reloj para recuperar el uso horario que realmente nos corresponde.

Y me temo que cuando nos demos cuenta de que en lugar de una hora, que ya nos parecía mucho, nos han retrasado el reloj dos, cerraremos las relojerías.