Joaquín Guzmán - Crítica
Buena Misa, ma non troppo
«Traub dirige con orden, que aquí no es poca cosa, y control ofreciendo una versión bastante meritoria»
![Imagen de archivo de Yaron Traub](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2016/12/06/1traub-kX7G--620x349@abc.jpg)
La Missa Solemnis op 123 de Beethoven constituye una de las cimas del compositor de Bonn y dentro de la escritura coral representó una de las obras más monumentales y exigentes escritas hasta aquel año 1922 en que finaliza su dilatado trabajo de composición. Aunque no sea una composición tan conocida como la novena sinfonía, la Heroica, o los últimos cuartetos y sonatas, forma parte, sin duda de ese corpus que hacen de Beethoven el protagonista de un nuevo capítulo de la historia de la música.
Una obra de esta envergadura no es nada fácil que funcione a la perfección en todos sus extremos , y esta versión ofrecida presentó resultados en general más que aceptables aunque se echó de menos ese “algo más” de las grandes versiones. Traub dirige con orden, que aquí no es poca cosa, y control ofreciendo una versión bastante meritoria, si tenemos en cuenta que, dadas las circunstancias, no debió disponer del tiempo deseado para una obra tan complicada de montar, habida cuenta de que el coro venía de Londres. Si hay obras que precisan de trabajo y horas, esta es una de ellas.
Y esa falta de tiempo para trabajar con los conjuntos se notó en la conjunción global , no porque se apreciaran demasiados desajustes técnicos, que ciertamente no los hubo graves, salvo en alguna fuga un tanto fuera de control, sino más en el resultado expresivo. La orquesta debió tener algo más de protagonismo y lucir un sonido con más cuerpo, sin embargo, le costó demasiado epatar con el enorme coro londinense, que como es habitual, se presentó en Valencia con más de un centenar de efectivos. Traub más que contenerlo, quizás debió dar más presencia al conjunto instrumental cuya participación pasó un tanto desapercibida. Esto habría dado una unidad y solemnidad mayor a la interpretación.
El cuarteto de solistas tampoco encajó del todo en el conjunto ya que si bien, al menos tres de sus voces tenían calidad, sin embargo falto algo de fuste para dialogar en igualdad de armas con el inmenso coro. Al bajo Daniel Kotlinski le vino la partitura demasiado grande para sus prestaciones actuales y por tesitura. Destacó sobre el resto la notable mezzo Elisabeth Kullman con una voz de verdadera entidad. El tenor coreano Sung Min Song como la soprano Simona Saturova cantan más que correctamente pero sus voces son demasiado ligeras.
El cor o Philarmonia es un conjunto con amplio repertorio del que puede echarse mano para sacar adelante prácticamente cualquier obra, si lo que se quiere es obtener un resultado más que digno, pero está en otra liga si lo comparamos con los grandes coros europeos. Hay que destacar principalmente una cuerda grave empastada y potente, pero aquí los escollos en esta exigente partitura beethoveniana vienen por la zona aguda y ahí se vieron las carencias con unas las sopranos que en más de una ocasión tendieron al grito con unas prestaciones al límite.
No estuvo especialmente afortunada la concertino Anabel García del Castillo con un solo de violín un tanto plano y desangelado.
Eso sí, la Missa Solemnis encierra tanta belleza y majestuosidad en sus monumentales pentagramas que con buenos mimbres y una dirección “en su sitio”, el éxito está asegurado. Y así sucedió.
Ficha
Palau de la Música de Valencia
Sábado 3 de diciembre
L. V. Beethoven, Missa Solemnis Op.123
Simona Šaturová, Elisabeth Kulman, Sung Min Song y Daniel Kotlinski
Coro Philarmonía de Londres
Yaron Traub, director musical