Elena Bastidas - Opinión
Bloquear o avanzar, esa es la cuestión
«Ciudadanos puede pasar a la historia por caer en el más antiguo de los vicios políticos: el tacticismo de partido y los vetos por delante del interés general»
La vida está llena de momentos en los que sabemos que el sentido de nuestra decisión cambiará o condicionará el rumbo de nuestra biografía. Somos conscientes, valoramos todas las alternativas, escuchamos consejos de quienes nos importan para, finalmente, optar por una. Que sea acertada o no, solo lo confirma el paso del tiempo.
La incertidumbre en la formación de gobierno en España hace que estemos, colectivamente, viviendo uno de esos momentos. Los partidos políticos, sus dirigentes, tienen la enorme responsabilidad de tomar esa decisión que también cambiará o condicionará el rumbo de nuestra biografía.
Porque las consecuencias de que se bloquee o se avance en la formación de un gobierno afectan a las pensiones de nuestros mayores, condicionan los presupuestos de las comunidades autónomas, generan incertidumbres en la inversión para crear empleo… y tantas y tantas cosas que necesitan de un gobierno para poder avanzar.
Resulta sorprendente que en la Comunitat Valenciana, donde se reivindica, con razón, la urgencia de tener una financiación justa, no se escuchen voces de sus gobernantes instando con firmeza a que se desbloquee la situación política.
Los socialistas valencianos, tan “versos sueltos” para algunas cosas, apoyan sin fisuras ese NO a contribuir a que la legislatura eche a andar o, lo que es lo mismo, asumen ese SÍ a que puedan haber terceras elecciones y ese SÍ a que se retrase, un año más, el debate de la financiación .
El partido de Albert Rivera vive unas semanas decisivas para su futuro. Puede pasar a la historia, de no remediarlo, por caer en el más antiguo de los vicios políticos: el tacticismo de partido y los vetos por delante del interés general.
Con qué celeridad y abrazos firmó un acuerdo con los socialistas en diciembre, asumiendo gran parte de su programa electoral, pero con qué frialdad trata al partido y candidato respaldado por más de 8 millones de españoles.
Tengo la esperanza de que estas actitudes y posiciones políticas, fruto de la reflexión y el diálogo, cambien hacia actuaciones que permitan avanzar. En caso contrario, en este momento histórico de nuestra vida colectiva, los españoles sabrán valorar quiénes en lugar de ser útiles aportando soluciones solo saben ser obstáculos.
