Juan Zumalde - VERLAS VENIR
Besos
«Con el paso del tiempo parece que, inevitablemente, nos besamos menos»
Enamorados. Recuerdo como una de las escenas más emocionantes que he visto jamás la que cierra la película Cinema Paradiso . Un montaje con todos los besos censurados durante años en un cine de pueblo. La herencia de un operador de cinematógrafo a su niño ayudante convertido años después en director de cine.
Besos robados. Rodados, pero no proyectados durante años . Guardados durante todo ese tiempo en una caja de metal, esperando a que el viejo los monte para regalárselos al niño. Precioso. Cine.
¿Y los besos no dados? Ojalá pudiéramos recuperarlos como en la película . Cada vez que nos enfadamos y nos distanciamos de nuestros seres queridos . Esos días en que no nos apetece besar. ¿Y los besos que no damos, sencillamente porque besamos menos?, por el paso del tiempo.
Cierre los ojos. Piense en un beso. Si, en ese que está pensando. El vello erizado, el bombeo de sangre, ¿sudor, temblor?... piense en todas las emociones que le provocó ese beso , en cómo se sintió. En el miedo, la ilusión, la necesidad de besar de nuevo…
Con el paso del tiempo, parece que, inevitablemente, nos besamos menos. Y la verdad es que besarse es una acción placentera. Besar a tu hija, a tu amigo y, sobre todo, a tu pareja, es una experiencia que no debemos dejar que el tiempo apague. Hay que besar y saborear los besos . Y debemos intentar que lo que hace sentir un beso se acerque lo máximo posible a aquel primero que dimos y que nos hizo redescubrir el mundo.
Si tuviéramos un viejo operador de cinematógrafo que nos devolviese estos besos no dados. Pero no lo tenemos . Y si lo tuviéramos no lo podría hacer porque los besos no dados se pierden para siempre.