Turismo

Benidorm pierde la última «isla pirata» del Mediterráneo

El restaurante que ocupó durante 60 años suelo de dominio marítimo-terrestre ve denegada su licencia definitivamente

Vista panorámica del islote de Benidorm, con el edificio municipal utilizado por el restaurante JUAN CARLOS SOLER

ABC

El emblemático islote de Benidorm se quedará definitivamente sin restaurante -el único establecimiento que hay en su territorio- después de 60 años de actividad sin licencia después de que el Ayuntamiento haya desestimado el recurso de reposición de la empresa que lo regentaba para obtener permiso. Acaba así «la última isla pirata del Mediterráneo«, tal como había denunciado una asociación empresarial náutica.

Según el decreto, con fecha de este mismo lunes al que ha tenido acceso Europa Press, la denegación se basa en el hecho de que el establecimiento se encuentra en suelo de dominio público marítimo-terrestre y no cuenta con el "título habilitante para el uso de la instalación".

De esta manera, la gerencia del restaurante l'Illano no ha podido revertir la denegación de licencia de apertura dictada por la Concejalía de Urbanismo. La existencia de esta actividad hostelera fue objeto de denuncia por parte de una asociación de empresarios de actividades acuáticas y subacuáticas Costa Blanca Marin e, que hablaban de « la última isla pirata del Mediterráneo », tal como publicó ABC.

En el documento en el que ahora tampoco se atiende el recurso contra aquella resolución se subraya que la totalidad del islote está inscrita en el registro en favor del Estado desde el 24 de diciembre de 1963 e incluida dentro del dominio público con la aprobación del deslinde de la zona marítima terrestre del islote por Orden Ministerial de 8 de abril de 1968, "no contando con el titulo habilitante para el uso de la instalación".

Edificio municipal

Para esa primera denegación, el Ayuntamiento se basó en el informe que elaboró el Servicio Provincial de Costas en octubre de 2017 , según el cual, el local se ubica en una edificación construida por el Ayuntamiento a mediados del siglo pasado "sin autorización de la Administración del Estado" y que es explotado "por un particular durante un periodo de unos 60 años bajo el concepto de arriendo municipal o similar (al menos hasta el año 2013), y sin que en este periodo conste la existencia de la preceptiva licencia municipal de apertura de esta actividad".

Por ello, el consistorio denegó el pasado octubre conceder la licencia al carecer del "título habilitante" del ministerio.

Ahora, además, recuerda que el silencio administrativo tiene "efectos desestimatorios" cuando se transfieren "facultades relativas al dominio público o al servicio público" que impliquen "actividades que puedan dañar el medio ambiente y en los procedimientos de responsabilidad patrimonial de las Administraciones Públicas".

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