Juicio Levante-Zaragoza

Ballesteros renuncia a contestar al fiscal, que incide en su influencia en el posible amaño del Levante-Zaragoza

El excapitán del conjunto valencianista niega cualquier ofrecimiento del club aragonés para dejarse perder en el partido de 2011 en el que se jugaban el descenso

El excapitán del Levante Sergio Ballesteros, entrando a los juzgados EFE
Toni Jiménez

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El excapitán del Levante UD, Sergio Ballesteros , ha negado ante el juez que él o cualquiera de los jugadores o la directiva del Real Zaragoza les hicieran algún tipo de ofrecimiento para amañar el encuentro que disputaron ambos equipos en la última jornada de Liga de la temporada 2010/2011 , en la que el conjunto aragonés se salvó de descender de la primera categoría.

En la quinta jornada del juicio que se celebra en la Ciudad de la Justicia de Valencia por ese posible delito de corrupción, en detrimento del Deportivo de La Coruña que sí descendió a Segunda, los acusados por parte de la plantilla granota en aquel momento han señalado que tampoco se hicieron concesiones al rival en el campo de juego y el partido se preparó con normalidad .

Ballesteros -al que sus compañeros han coincidido en definir como una «persona honesta» y «correcta» o como «un compañero más» - ha rechazado ser interrogado por la Fiscalía Anticorrupción, que ha estado incidiendo durante las comparecencias anteriores, en la influencia que pudo tener el líder del equipo en ese posible amaño. El propio Ballesteros ha negado tener «cualquier tipo de ascendencia» sobre el resto de los jugadores, pregunta recurrente del Ministerio público. Ha asegurado que ejercía unas funciones deportivas y algunos trámites adminsitrativos con el club, pero «no tenía ninguna influencia sobre nadie».

Además, ha matizado que el entrenador comunicó el equipo titular «unas horas antes» y la convocatoria para este partido se hizo el día anterior. A falta de pocos minutos de terminar el mismo, «tuvimos ocasión de empatar, pero desgraciadamente no pudo ser». «Fue un partido muy disputado» y «muy intenso» , ha explicado Ballesteros, puesto que en la misma jornada – el 21 de mayo de 2011- se celebraron tres choques en los que cuatro equipos – el Dépor, el Zaragoza, el Real Sociedad y el Getafe- dependían de sí mismos para mantenerse en la única plaza que quedaba para mantener la categoría.

El entonces central levantinista -a preguntas de su abogada- ha tenido que justificar las pocas extracciones de efectivo en sus cuentas, los meses siguientes al encuentro, que refleja el informe de la Agencia Tributaria aportado a la causa. Ballesteros ha alegado que a principios de ese año se divorció de su mujer y, por tanto, tuvo que hacer frente tanto a la separación en régimen de bienes gananciales, como a los honorarios derivados del proceso. Además, se compromó un coche por valor de 60.000 euros. A pesar de todo eso, según su abogada, se produjeron más movimientos bancarios durante los cinco meses posteriores al encuentro, que en los cinco anteriores.

Del resto de antiguos jugadores del conjunto granota que han sido interrogados, Hector Rodas ha señalado que vivía en casa de sus padres y era universitario en aquella época y, por tanto, gastaba menos, aunque no ha dado un motivo concreto de por qué no sacó dinero entre septiembre de 2011 y julio de 2012.

Cristhian Stuani y Jefferson Montero han aducido que marcharon a sus países de origen –Uruguay y Ecuador- tras el encuentro, donde mandaban dinero a lo largo de toda la temporada. Este último ha hecho hincapié en que quiso hacer un buen partido porque sabía que lo estaban observando para jugar en su selección nacional.

Gustavo Munúa , que jugaba de portero, ha defendido sobre su acusación que «es imposible porque soy un profesional. Mi sueño de toda la vida fue jugar al futbol», al tiempo que ha alegado que su trabajo durante el encuentro en la portería fue «el mejor de la temporada».

Rafa Jordà ha puesto el foco en que ese verano no necesitó efectivo porque tenía un apartamento alquilado en Benidrom y vendió su coche, del mismo modo que Vicente Iborra – que no jugó el partido porque no fue convocado- ha explicado que en periodo estival gasta menos porque se marcha a su pueblo y al de su mujer, aunque ha asegurado que en julio de ese año sí retiró 12.000 euros para gastos propios.

Cuestionado por los ingresos de 24.000 euros en su cuenta entre el 24 de mayo y el 28 de junio, Xisco Muñoz ha respondido que eran cantidades retiradas anteriormente y abonos de su padre. «No puedo decir por qué en 2011 son doce mil y en 2010 son cuarenta mil», ha señalado respecto a la diferencia de pagos con el año anterior. Muñoz ha defendido que no tenía equipo todavía para la siguiente temporada y por eso «quería demostrar que hacía un buen partido».

Por su parte, Miguel Robusté ha asegurado que solo hubo unos 1.600 euros de diferencia entre sus extracciones de dinero en los mismos periodos antes y después del partido.

Respecto a la caja de seguridad que contrató David Cerrajería , este ha señalado que la adquirió para guardar objetos de valor pero no dinero en metálico, porque vive en las afueras de Valencia y tenía miedo de sufir un robo durante las vacaciones.

Sobre esa disminución de extracciones entre mayo y junio, Juanfran García ha alegado que sacó previamente 6.000 euros y un amigo le devolvió otros 11.000 que le había prestado un año antes.

El fiscal le ha preguntado por las manifestaciones públicas de un jugador del Levante en 2013, en las que declaraba que tanto él como Ballesteros y Munúa no habían hecho el partido como debía. «Un reproche público por el que unos días después se retractó», ha matizado Juanfran, que ha aseverado que les cogió a todos por sorpresa: «nos quedamos estupefactos».

Por último, Felipe Caicedo , que tampoco fue titular, ha asegurado que ese verano estuvo concentrado con su selección para la Copa América y gastó poco. «En 2010 hago inversiones bancarias, me compro un coche o pago una comisión a mi representante», ha dicho ante el juez para explicar una diferencia de casi quince mil euros entre sus gastos de 2010 y 2011 a partir del 22 de mayo, el día después del choque.

Del mismo modo, los exjugadores del Real Zaragoza que han dado este lunes su versión ante el juez - Adam Pinter , Jarosik y Said Boutahar - han seguido el camino marcado por los excomponentes de la plantilla al negar haber recibido primas en efectivo como sostiene el club .

La vista se reanudará este jueves con las comparecencias de los testigos, citados inicialmente a partir del 19 de septiembre. Por parte de la acusación comparecerá el presidente de la Liga Profesional de Fútbol, Javier Tebas, quien interpuso la denuncia que dio pie a la causa . También lo harán Quico Catalán , actual presidente del Levante UD, y Fernando Roig Nogueroles , consejero delegado del Villareal. Del lado de la defensa, testificará Pedro Herrera , padre del jugador Ander Herrera, acusado en el proceso, que ejercía entonces de secretario técnico del Zaragoza. Se avanza de esta manera el calendario programado debido a la rapidez con la que se ha interrogado a los 42 acusados.

El Zaragoza está acusado como persona jurídica -no así el Levante- al igual que su expresidente, Agapito Iglesias, dos exdirectivos, Francisco Checa y Javier Porquera, su exentrenador Javier Aguirre y el exdirector deportivo Antonio Prieto.

Los jugadores y exjugadores acusados son, por parte de aquella plantilla del Zaragoza , Maurizio Lanzaro, Toni Doblas, Paulo da Silva, Ander Herrera, Gabi Fernández, Jorge López, Braulio, Ponzio, Carlos Diogo, Ivan Obradovic, Adam Pinter, Javier Paredes, Leo Franco, Jarosik, Ikechukwu Uche, Lafita, Nicolás Bertolo y Said Boutahar.

De los que formaban parte del Levante , son Miguel Pallardó, Gustavo Munúa, Rafael Jordá, Sergio Ballesteros, Juanfran García, Javi Venta, Rubén Suárez, Xavi Torres, Wellington da Silva, Jefferson Montero, Robusté, Manuel Reina, Caicedo, Cristian Stuani, Vicente Iborra, Héctor Rodas, Xisco Muñoz y David Cerrajería.

El fiscal solicita para los exdirectivos del club, dos años de prisión y nueve meses de multa con una cuota diaria de 50 euros. Para cada uno de los 36 futbolistas procesados se plantean penas de dos años de cárcel y seis de inhabilitación para la práctica profesional del deporte. La Liga eleva la petición hasta los cuatro años de prisión, la condena máxima prevista para delitos de corrupción deportiva.

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