Política

Balance 2016: Joan Ribó dejará sin ejecutar la mitad de las inversiones presupuestadas

El Ayuntamiento de Valencia cierra el año con la oposición de colectivos vecinales y comerciantes por sus políticas de tráfico

Imagen de Joan Ribó tomada este miércoles ROBER SOLSONA

A. C.

«En cuatro años no se puede hacer todo» . El alcalde de Valencia, Joan Ribó , se ha puesto la venda antes que la herida y ayer anunció su intención de presentarse a la reelección en los comicios de 2019. El dirigente de Compromís ha logrado fraguar un gobierno estable en el que los nacionalistas comparten responsabilidades con el PSPV-PSOE y València en Comú (la marca blanca de Podemos).

Los votos de las tres formaciones han permitido aprobar los presupuestos (786 millones para el próximo año) . Con todo, en 2016 (el primer ejercicio completo de su mandato), no se han ejecutado la mitad de las inversiones presupuestadas. Sobre un total de 128 millones previstos para obras, apenas se han abonado 58,2. Por contra, el equipo de gobierno ha nutrido con ayudas públicas a organizaciones que defienden las tesis de los «países catalanes» como Acció Cultural del País Valencià, cuyo entramado ha percibido este año 48.000 euros de subvenciones.

El principal encontronazo de Ribó con sus aliados en el Consistorio llegó por la subida del IBI a los comercios, pero finalmente los socios de gobierno cerraron filas en aras a la estabilidad .

Lo que no cesan, en cambio, son las críticas a las políticas de «movilidad» como la restricción al tráfico privado, la peatonalización de calles o la subida de precio del transporte público, por parte de las asociones de comerciantes y vecinos.

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