TRIBUNALES
El asesino confeso de un discapacitado: «Se me fue la mano, solo quería asustarle»
El agresor golpeó a su víctma, que iba en sillas de ruedas, con una silla de ruedas porque se rió cuando le reclamó una deuda
Una confesión cruda de un hecho especialmente cruel. Un hombre acusado de matar a un discapacitado en su silla de ruedas tras golpearle con una barra de hierro en su vivienda de Sant Joan de Moró (Castellón) ha declarado que no tenía intención de causarle la muerte, sino que tan sólo quería asustarle y causarle un "poco" de daño porque se había reído de él cuando le reclamó una deuda .
El acusado se ha expresado así en la primera sesión del juicio con jurado que ha comenzado este viernes en la sección primera de la Audiencia Provincial de Castellón.
La fiscal pide 16 años de prisión para el acusado por un delito de asesinato , con la concurrencia de la atenuante de confesión, mientras que la defensa califica los hechos de homicidio, por lo que rebaja la petición de pena a tres años y nueve meses de cárcel.
Según el escrito de conclusiones provisionales del ministerio público, el 4 de diciembre de 2014 el procesado se encontraba en la parcela donde residía la víctima en la localidad de Sant Joan de Moró, donde había acudido desde l'Alcora para reclamarle una deuda que tenía con el fallecido.
Así, el acusado entabló una conversación con la víctima para que le pagara, a lo que e l fallecido le contestó que no podía abonarle la deuda porque no tenía dinero , lo que provocó en el procesado que saliera de la casa y cogiera una barra de hierro.
Tras aprovechar que la víctima era minusválida y utilizaba silla de ruedas y en ese momento se encontraba de espaldas a la entrada de la vivienda viendo la televisión, le asestó cinco golpes con la barra en la cabeza, espalda y cuello, que le ocasionaron la muerte a consecuencia de un traumatismo caraneoencefálico y una fractura-luxación raquídea.
El acusado acudió el 5 de diciembre a la Comisaría de la Policía Nacional y confesó los hechos que había cometido.
La fiscal considera que los hechos constituyen un delito de asesinato porque hubo alevosía "porque la víctima no se esperaba el ataque y no podía defenderse", mientras que la defensa ha señalado que se trató de una muerte "accidental, no intencionada y no premeditada".
El procesado ha declarado que era amigo de la víctima, pues se conocían "de toda la vida" y habían convivido dos años juntos. Así, ha relatado que fue a la vivienda del fallecido el 2 de diciembre a reclamarle una deuda de 12.000 euros que le había prestado hacía tres años, puesto que necesitaba el dinero para comer y pagar facturas, ya que estaba en una "pobreza absoluta".