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Arrancan en Valencia las primeras motos eléctricas de alquiler con tarifa plana
La startup valenciana Molo lanzará el primer servicio de alquiler de las motocicletas sin límite de tiempo ni kilómetros en España
El próximo 17 de septiembre la empresa emergente valenciana Molo lanzará el primer servicio de alquiler de motos eléctricas sin límite de tiempo ni kilómetros, de modo que los clientes o suscriptores podrán hacer uso de una flota de 150 vehículos, que prevé crecer progresivamente hasta los 500 a final de año.
El modelo de suscripción es similar al que establecen empresas como Netflix o Spotify , según ha explicado a EFE la directora de márketing de la empresa, Stefania Pesavento: "El usuario tiene acceso a mucho más de lo que compra y tiene a su disposición una moto sin ataduras de aparcamiento o seguro".
"Hemos replicado la idea para dar valor a un servicio que pretende resolver los problemas de movilidad de los ciudadanos, a la vez que posibilitar el uso del vehículo como si fuera propio , con la ventaja de olvidarse del pago de seguro, impuestos, gasolina, averías, gastos de plaza de garaje, o el mantenimiento de la moto", ha agregado José Manuel Donate, director ejecutivo.
El servicio se ofrecerá con un precio promocional de 9,90 euros al mes y para darse de alta en él se requerirá ser mayor de edad, tener permiso de conducción y facilitar el DNI.
La empresa destaca que sus motocicletas (de la marca Silence, ensambladas en Barcelona) son las más robustas y potentes que las que ya operan en la ciudad de Valencia, y de hecho, los planes de crecimiento de Molo pasan por ampliar su servicio a las áreas interurbanas.
Según Paco Navarrés, fundador de Molo, “es el vehículo más robusto y fiable de este tipo de servicio que, hasta ahora, se está desarrollando en España. Queremos dar fiabilidad y seguridad a la movilidad del usuario, sin ningún problema, y para ello hemos apostado por ofrecer un elemento diferencial con respecto a otras empresas”.
Los usuarios contarán con un soporte permanente, gracias a una aplicación diseñada al efecto, que facilitará la localización de vehículos y la comprobación de su estado de batería.
"La experiencia de Valencia nos servirá para mejorar el modelo y dotarlo de más valor en función de los requisitos de los usuarios, así como de las características de movilidad y uso que estudiemos a medida que se consolide. Tras esta fase, nuestro objetivo es llevar este modelo a distintas ciudades de España, ofreciendo un servicio gracias al cual el usuario pueda considerar a Molo como su propia moto, siempre disponible", señala Tono Brusola, director de Estrategia.
Hasta el momento, Molo ha invertido 3,5 millones de euros dirigidos a la adquisición de vehículos, aunque prevé una inversión inicial total de 25 millones, destinados, principalmente, a la adquisición de una flota de motos eléctricas para la expansión a otras ciudades.
Las estimaciones del plan de negocio de esta firma valenciana pasan por la compra de unas 6.000 motocicletas y una facturación de 33 millones de euros en 2019, para alcanzar las 10.000 motocicletas y los 66 millones en 2020.
En los próximos meses, según han detallado a EFE sus responsables, Molo podría cerrar alianzas con empresas del sector orientadas a acelerar su crecimiento.
Preguntada por la creciente competencia en materia de vehículos eléctricos y por la ausencia de regulación y polémicas surgidas recientemente por el uso de patinetes de estas características, la directora de márketing de Molo, Stefania Pesavento, insiste en que esta firma opera en un sector ya regulado .
Destaca también que la empresa dará una serie de recomendaciones y pautas a sus usuarios, que en todo momento serán responsables de posibles infracciones relacionadas con el aparcamiento o la circulación.
La empresa se pone en marcha con una plantilla de once personas y una flota de vehículos que estará permanentemente en la calle y que crecerá hasta el medio millar de motocicletas a final de año.