Efeméride
14 de octubre de 1957: sesenta años de la gran riada de Valencia que desbordó el Turia
Aquel día murieron 81 personas y hubo daños materiales evaluados entre diez y dieciséis millones de pesetas de la época
Para muchos valencianos, el 14 de octubre es una fecha difícil de olvidar. Ella trae a la memoria la trágica riada de 1957, cuando el río Turia se desbordó hasta en dos ocasiones a su paso por la ciudad de Valencia. En aquella «riuà» (conocida por su nombre en valenciano) murieron 81 personas y hubo daños materiales evaluados entre diez y dieciséis millones de pesetas de la época.
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La lluvia había comenzado fuerte en poblaciones cercanas de la comarca de la huerta valenciana; Marines, Villamarchante, Ribarroja y otros puntos de la cuenca se vieron afectados por las inundaciones en las primeras horas del día. Las alertas ya habían saltado, pero los barrios colindantes con las orillas del río (Campanar y Tendentes el Carmen y Marchalenes) resultaron inundados junto con el centro de la ciudad.
Desde sus casas, los vecinos alertaban a los servicios de emergencia, las tareas de salvamento y rescate no cesaron en todo el día y las autoridades se trasladaron a la zona marítima, ya que la lluvia también había llegado a barrios como el Cabañal o Nazaret y corrían grave peligro.
Pero el temporal, lejos de amainar, empeoró con la llegada de la tarde. En Valencia se superaron los 100 litros por metro cuadrado , tanto en la ciudad como en la cuenca media del río, lo que dio lugar al segundo desbordamiento del cauce y a unos caudales de lluvia que azotaron las zonas ya afectadas en la mañana, y las aguas subieron hasta alcanzar niveles de cinco metros en la parte de Marchalenes, construida bajo el nivel del cauce.
España se volcó en la ayuda humanitaria y desde todos los pueblos enviaron dinero, ropa y comida para paliar la tragedia valenciana. Incluso el Gobierno envió a todos los militares que disponía libres para ayudar en las tareas de reconstrucción y limpieza de los daños en las zonas afectadas por esta riada. Un suceso histórico que obligó a replantear los planes de urbanismo de la ciudad y puso en marcha la construcción del nuevo cauce del Turia -por el que circula seguro el río bordeando la ciudad en por el sur- y el pantano de Loriguilla; y dejó el antiguo cauce como el principal pulmón verde de Valencia y el jardín urbano más grande de España.