Sergi Doria - Spectator in Barcino
Estado de alarma (permanente)
«Ahora, como los alumnos que suspenden sin haber dado un palo al agua durante el curso, los del Triángulo lloran, cual boabdiles, la pérdida de Nissan»

El Triángulo de las Bermudas se va a tragar una de las naves capitanas de la automoción española. Sus vértices, -Sánchez, Torra y Colau- pusieron su granito de demagogia para que el naufragio se consumara. Una ministra de Sánchez, Teresa Ribera, hundió en 2019 las ventas de automóviles con su chulesca sentencia de que el diésel tenía los días contados.
Sí, ministra. Todo tiene caducidad, pero alarmar antes de tiempo le sienta mal a la economía. Sí, el diésel se acabará y, como reza el villancico, nosotros nos iremos y no volveremos más. ¿Por eso hay que condenar a un sector cuyo recambio eléctrico está todavía en gestación? ¡Qué fácil hablar con el sueldo asegurado gracias a las empresas que cotizan y los impuestos de esos ciudadanos a los que envía al paro!
Consciente de tan venenosa evacuación, la ministra, que posee dos vehículos diésel, intentó arreglarlo: «Hemos tomado una decisión conservadora y prudente. Algunos países lo han adelantado a 2030 y 2025 pero en España lo dejaremos en 2040 para acompañar a la industria gradualmente». O sea, que el diésel tiene los años contados… Y le quedan veinte más.
Ante el posible cierre de Nissan, Sánchez aseguró en enero que la permanencia de la factoría la garantizó él en Davos. Nissan seguiría trabajando con la vista puesta en el coche eléctrico. Otro embeleco de Pedro. También dijo que nunca pactaría con Bildu y ya ven…
El vicario Torra, otro vértice del Triángulo de la Miseria, puso mucho de su parte para que Nissan acabe chapando. Si la ministra Ribera se cargaba el diésel antes de tiempo, la guerrilla separatista bloqueaba el aeropuerto tras la sentencia del Supremo por la sedición de septiembre y octubre de 2017. ANC, CDR, Òmnium, Tsunami Delincuente, arranes y demás vándalos del autodenominado «antifascismo» quemaron contenedores y asediaron la comisaría de Vía Layetana.
Los cráteres en el asfalto recuerdan aquellos días que dejaron a Barcelona una onerosa factura que Colau, la alcaldesa que no defiende su ciudad, nunca reclamará a los promotores de la revuelta. Desde el balcón de San Jaime, Torra disfrutaba del incendio como un Nerón de comarcas: «Muchas gracias a todos los que os habéis movilizado esta tarde contra la injusticia de la condena a los presos políticos. Todos juntos hemos hecho sentir nuestra voz con firmeza y más determinación que nunca».
Al decir «todos» el activista del «apreteu» se dirigía al 47 por ciento de catalanes separatistas; a los comerciantes, transportistas, estudiantes que pretenden estudiar, docentes que no comulgan con el adoctrinamiento indecente, Mossos que respetan la Constitución y policías linchados que les zurzan. Y como su república está más allá del bien y del mal, que le den a la industria, atacada en su vertebración logística. La situación, advirtió el entonces CEO de la Seat, Luca de Meo, «no ayuda a los inversores a facilitar la idea de apostar por Cataluña…».
Verbigracia: inseguridad jurídica. «No sé cuál será el efecto, pero imagino que lo tendrá». De Meo lo decía el 12 de noviembre de 2019. Una semana después, con las carreteras cortadas en un ígneo ritual cotidiano, Seat tuvo que parar la producción y cerrar la planta de Martorell ante la imposibilidad de que las piezas arribaran a destino. Conclusión: «Si esto sigue, el grupo tiene otras opciones, dispone de plantas en todos los países de Europa».
En el otro balcón de plaza San Jaime, Colau consolaba a los familiares de los sediciosos; mientras, la factura de destrozos de mobiliario urbano subía y subía como los contagios de esta primavera negra. Ella estaba por sus okupas, sus confusos carriles-bici, sus patinetes y la circulación a 30 por hora. Pronto habrá que multar a los ciclistas: alcanzan más velocidad que los automóviles.
Con la gente acoquinada y el hambre roncando en los intestinos de trabajadores sin paga, la teniente de alcalde Janet Sanz interpretó a su manera el aserto chino de que crisis es peligro y oportunidad. Con la Nueva Normalidad, debería evitarse que se «reactivara» la industria automovilística: «Es ahora o nunca», recalcó.
Con esta tropa padecemos un estado de alarma permanente. Ahora, como los alumnos que suspenden sin haber dado un palo al agua durante el curso, los del Triángulo lloran, cual boabdiles, la pérdida de Nissan. A Sánchez le pilla ocupado en enchufar a sus amigos; ahora, Colau defiende la compañía que produce los coches que ella demoniza… Torra, el separatista, invoca la unidad de las administraciones y lamenta con tono de Calimero que es una injusticia… Pretende contactar con Nissan Japón y no le hacen puñetero caso… Para consolarse monta el enésimo chiringuito: Cataluña 2022, unos Cuarenta de Ayete en clave nacionalista…
Coda. El martes 9 de junio Pujol cumple 90 años con su Convergència Democràtica en vergonzante desguace… Siempre huele a podrido en Dinamarca (del Sur).