cronología
Sentencia a una semilibertad de cinco meses lastrada por la pandemia
El Covid condicionó el «prematuro» tercer grado y el 100.2 que la Generalitat concedió a los líderes presos
La resolución del Tribunal Supremo ha tumbado la «prematura» semilibertad que la Generalitat había concedido a los líderes independentistas, no solo a través del tercer grado, sino incluso antes, con la aplicación del artículo 100.2 del reglamento penitenciario, que les permitía salir a diario a trabajar pese a estar en régimen ordinario. La Fiscalía siempre lo consideró un «tercer grado encubierto». En total, el exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras ha dispuesto de unos cinco meses de semilibertad a los que no ha podido sacarle partido en plenitud por la pandemia del coronavirus. La situación del resto de presos, con excepción de Carme Forcadell y Dolors Bassa, que han alargado hasta ahora sus terceros grados, ha sido similar en términos temporales y procedimentales.
La Generalitat otorgó a Junqueras a finales de febrero de este año, mediante el 100.2, la posibilidad de salir de prisión tres días a la semana para dar clases en un centro universitario de Manresa (Barcelona), cercano a la cárcel de Lledoners, donde cumple una condena de 13 años de cárcel por sedición. La pandemia y el confinamiento, sin embargo, a mediados de marzo dieron al traste con estos planes. La Consejería de Justicia catalana buscó la manera de que los presos a los que se había aplicado el 100.2 -en aquel momento ya todos los líderes del «procés» lo disfrutaban- pudiesen confinarse en sus domicilios y no en el centro penitenciario. Pero eso hizo entonces saltar las alarmas en el Tribunal Supremo , que anunció que actuaría contra los funcionarios de las prisiones catalanas que avalasen ese confinamiento domiciliario, ya que podrían incurrir en un delito de prevaricación. Ante estas advertencias, la Generalitat reculó y los líderes independentistas se confinaron en los centros penitenciarios.
La aplicación del 100.2 no estuvo exenta de polémica pero, a pesar de la oposición de la Fiscalía, los juzgados competentes acabaron ratificándolo en el caso de los nueve líderes políticos. Pero a principios de julio la Generalitat dio un paso más y les concedió a todos el tercer grado , que les permitía ir a dormir a prisión solamente de lunes a jueves. A finales del mismo mes, sin embargo, en el caso de Junqueras el juzgado de vigilancia penitenciaria le suspendió el tercer grado después de un recurso de la Fiscalía que así lo reclamaba como medida cautelar. La misma suerte corrieron el resto de los líderes presos -con días de diferencia-, con excepción de Bassa y Forcadell, que hasta ahora han podido seguir haciendo uso del tercer grado.
Ahora, sin embargo, el Supremo ha puesto freno a las semilibertades de los nueve líderes , de la que Junqueras tuvo derecho durante unos cinco meses pero marcados de manera notable por el coronavirus, que le impidió hacer uso de todas sus prerrogativas. El Alto Tribunal ha sentenciado ahora que la concesión del tercer grado a un interno que no haya cumplido la cuarta parte de la condena es «excepcional», y recuerda que el exvicepresidente no cumplirá la cuarta parte de condena hasta enero de 2021 y la mitad de la misma en mayo de 2024.
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