Raquel Sánchez: de la 'Fiesta de la Rosa' al Gobierno para insuflar aire al PSC

La nueva responsable de Transportes puede ser la oportunidad de los socialistas catalanes para salvar el próximo ciclo electoral

Raquel Sánchez, con el brazo extendido junto a Iceta y Pedro Sánchez en una 'Fiesta de la Rosa' antes de la pandemia PSC

Miquel Vera

La elección de Raquel Sánchez (Barcelona, 1975) como ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana catapulta a la desconocida alcaldesa de Gavá hasta la sala de máquinas del Ejecutivo. Además de reforzar el peso del PSC en La Moncloa, su incorporación tiene un marcado componente electoral, no en vano, la sustituta de Ábalos proviene del Baix Llobregat , comarca que representa hoy el principal granero de votos y poder de los socialistas catalanes, el único feudo que en estos últimos años ha resistido casi indemne la ola del «procés» y la eclosión de Ciudadanos y Podemos.

Hasta ayer, Sánchez gobernaba su ciudad, de 46.000 habitantes , con mayoría absoluta. Con una escasa agenda pública a nivel catalán, su actividad se ha centrado en los últimos años en capitanear el crecimiento de una ciudad situada a las puertas de Barcelona. Quienes conocen de cerca sus últimos años como alcaldesa destacan a ABC que no tenía una «ambición desmesurada» por dar el salto a Madrid, no obstante reconocen que el perfil -feminista, verde, dialogante- que ha querido imprimirse a lo largo de los últimos tiempos la ha situado muy bien en la renovación de caras impulsada por Pedro Sánchez con su crisis de Gobierno.

Licenciada en Derecho por la Universitat de Barcelona y máster en Derecho del Trabajo, la nueva ministra es también vicepresidenta de la Red Española de Ciudades por el Clima, no obstante, no ha sido este cargo lo que más le ha acercado al presidente, sino su papel como anfitriona en la fiesta anual que el PSC celebra en la Pineda de Gavá, la ‘Festa de la Rosa’ . Allí, la alcaldesa ha podido exhibir repetidamente la potencia de su federación, exponente del ‘cinturón rojo’ catalán ante la nomenclatura del partido socialista. El propio Pedro Sánchez ha recibido en ese bucólico lugar dosis de impulso hasta en sus momentos más bajos. Apoyos que ha premiado situando a dos ministros ligados al ‘Baix’ en su Consejo de Ministros (Iceta empezó su carrera política como concejal de Cornellà, en la misma comarca).

La elección de Raquel Sánchez -casada y con dos hijas- también debe leerse en clave catalana. Básicamente, supone una inyección de vitalidad para un PSC que, a pesar de ganar en los comicios del 14-F agarrado al ‘Efecto Illa’, tiene un problema de caras y liderazgos que puede afectar su tendencia alcista de los últimos tiempos. Es un hecho que hoy apenas hay nombres pujantes en un partido cuyos liderazgos principales están ya en fase de retirada: Iceta ha querido marcharse de Cataluña, Illa no aporta ya mucha novedad ante el electorado y la alcaldesa de l'Hospitalet, la eterna promesa Núria Marín, mantiene un perfil bajo desde su imputación en un supuesto caso de corrupción en su ciudad.

Si sale bien la ‘operación Sánchez’, los socialistas catalanes pueden lograr popularizar a tiempo un nombre nuevo, joven, fresco y nada ligado con la etapa del ‘procés’ ni con la pandemia que les sirva para el próximo ciclo electoral catalán. Aunque la Generalitat acaba de cambiar de inquilino, el independentismo puede hacer saltar por los aires el Govern en cualquier momento, y el PSC ya empieza a prepararse para ello. Más que renovar el Gobierno, el paso de la ministra por Moncloa puede acabar suponiendo una valiosa oportunidad para el socialismo catalán, el más fiel escudero de Pedro Sánchez .

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