El PDECat quiere que Carles Puigdemont presida el partido
La formación neoconvergente echa mano del cuadro de honor del independentismo para rentabilizar los nombres de los dirigentes «presos y exiliados»
Los «mártires del procés» , al rescate de la antigua Convergència. Esta es la estrategia que pretende desplegar el PDECat para solventar su lento declive antes del nuevo ciclo electoral que se abrirá después del verano. Con este objetivo, la dirección de la formación neoconvergente ha ofrecido a Carles Puigdemont que tome las riendas del partido, algo de lo que había recelado hasta ahora .
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Según ha señalado hoy la senadora y coordinadora general del PDECat, Marta Pascal, se ha propuesto que el expresidente Puigdemont presida el partido tras el congreso que la formación celebrará el 20, 21 y 22 de julio. Asimismo, en una entrevista del diario «Ara», Pascal ha propuesto también que haya «vicepresidencias políticas» para exconsellers cesados por el artículo 155. En este sentido, ha citado a Josep Rull, Jordi Turull -en la cárcel- y Lluís Puig -fugado en Bélgica-.
Sin Clara Ponsatí
Curiosamente, Pascal se ha olvidado de mencionar a Clara Ponsatí , exconsejera de Enseñanza cesada y fugada en el Reino Unido , que en las últimas semanas se ha dedicado a criticar las decisiones de un independentismo que considera que fue «de farol» durante el pasado mes de octubre. «La cultura política catalana es muy rastrera, se inventa discursos para justificar sus renuncias», criticó Ponsatí, que a diferencia de sus compañeros, no ha recibido ninguna oferta del PDECat.
Tirón electoral
Con este movimiento, la formación refundada por Artur Mas echa mano del cuadro de honor del independentismo para rentabilizar los nombres de los «presos y exiliados» tras la celebración del referéndum ilegal del 1-o para frenar su lenta decadencia electoral. No en vano, el PDECat ha cambiado varias veces de nombre, no cuenta con líderes con tirón y el peso de los viejos escándalos de corrupción de la «era pujol» siguen pesando en su imagen pública. En cambio, los presos y fugados tienen un gran magnetismo y tirón electoral entre los votantes independentistas.
