«No confío mucho en los partidos, por eso hemos de organizarnos»

Ángel Escolano, nuevo presidente de Convivencia Cívica Catalana, destaca en una entrevista a ABC que su formación tiene «afiliados que van desde el PSC al PP pasando por Cs y Vox»

Ángel Escolano, esta semana durante su entrevista con ABC INÉS BAUCELLS

Daniel Tercero

El 20 de diciembre, el profesor titular de Estética de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona Francisco Caja puso punto final a su etapa como presidente de Convivencia Cívica Catalana, tras 18 años al frente de una de las entidades que más se ha significado en defensa de los valores constitucionales y los derechos de los ciudadanos en Cataluña. Caja recogió el testigo de Aleix Vidal-Quadras y ahora deja la asociación en manos del abogado Ángel Escolano, especialista en temas laborales , con despacho propio y cargado de ideas e ilusión para afrontar esta nueva etapa de Convivencia Cívica.

«El legado de Caja es impresionante. Deja una asociación con muchos afiliados, bien implantada territorialmente y con importantes sentencias judiciales ganadas», señala Escolano en conversación con ABC. «No podemos olvidar que gran parte de las sentencias que ahora se aplican en materia lingüística en Cataluña son gracias a él. Deja un legado asociativo y cívico enorme», añade el nuevo presidente de la entidad, que reconoce que «será muy difícil superarlo».

«Defensa del bilingüismo»

Convivencia Cívica nació de cara a la galería el 6 de marzo de 1998 en un acto en el hotel Barceló-Sants de la capital catalana. En sus orígenes confluyen dos elementos. Por un lado, una reacción a la recién (enero de ese año) aprobada nueva ley de política lingüística de la Generalitat, que limitaba la libertad lingüística en las escuelas y suponía un freno para el bilingüismo o conjunción escolar. Y, por otro, la unión de fuerzas de las distintas entidades que ya existían en la comunidad y que tenían como punto en común la defensa de los derechos lingüísticos de los catalanes.

Desde entonces, Convivencia Cívica ha dado amparo a multitud de padres que han solicitado el cumplimiento de la ley y el ejercicio de sus derechos en las escuelas de Cataluña. «Seguiré con la línea judicial en materia lingüística, tanto en las escuelas como en el resto de ámbitos públicos», dice Escolano. El nuevo presidente de la asociación, que ha renovado su junta directiva, mantendrá el pulso a los ayuntamientos, las diputaciones y la Generalitat: «Seguiremos impugnando los reglamentos lingüísticos de las instituciones públicas, que siguen igual, es decir despreciando el uso del castellano. Mantendremos la defensa del bilingüismo en los colegios e intentaremos que la aplicación del bilingüismo (en base a reclamaciones) sea por colegios y no por estudiantes».

Además, Escolano quiere ampliar el impacto de la asociación abriendo sus actuaciones a otros ámbitos que no son judiciales. «Vamos a poner en marcha premios que potencien el uso del castellano, que está totalmente abandonado por la Generalitat y convertir la asociación en una referencia en Cataluña contra el nacionalismo desde el multipartidismo», indica.

Sobre esto último, el nuevo presidente sabe que no será fácil, por el afán de control total por parte de los partidos y por su experiencia como militante -ya no- del PP, pero lo tiene claro: «No queremos entrar en temas partidistas, tenemos afiliados que van desde el PSC al PP pasando por Cs y Vox. Hay que seguir siendo independientes a todos los efectos».

En este sentido, con quien sí aspira a tener buenas relaciones es con otras entidades catalanas con las que comparten fines. De hecho, el origen de Convivencia Cívica era ese: paraguas de las entidades para tener más fuerzas y maximizar recursos. «Hay que organizarse en Cataluña y hacer ver al Gobierno de España que tiene que tomarse el asunto independentista en serio. No confío mucho, la verdad, en los partidos, por eso hemos de organizarnos. Los partidos llevan vendiéndonos a precio de saldo desde hace, por lo menos, 25 años», añade.

«La Lomce es una chapuza»

Contundente, sin pelos en la lengua, políticamente incorrecto y decidido en su ideas constitucionales, Escolano incide en su profundo malestar con los partidos de ámbito nacional. «La situación en Cataluña la veo mal porque somos víctimas de más de 25 años de dejación por parte del Gobierno de España. Han tratado Cataluña como si fuese un cortijo de los nacionalistas, han comprado el relato de los nacionalistas. Una invención fantástica que manipulan desde la historia a la actualidad», señala.

Y pone como ejemplo la Lomce del PP y su reforma del PSOE: «Son una barbaridad, dan más libertad a la Generalitat para que haga lo que quiera. No puede ser que exista un gobierno autonómico que incumple sistemáticamente las sentencias en materia de educación y encima, ahora, les den más herramientas para que las incumpla. Y esto teniendo en cuenta que la Lomce es una auténtica chapuza, que permitía quitarse el problema lingüístico de encima pero no resolverlo. Hay que recordar que desde el Congreso de los Diputados se puede regular el uso lingüístico de todas las escuelas de España. Los derechos lingüísticos son responsablidad de todos los poderes públicos».

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