Junqueras compara a Putin con el PP y Vox: «Autoritarismo y corrupción se dan la mano»

El presidente de ERC se reúne con Otegi en Barcelona para estrechar la alianza entre ambos y recordar al Gobierno su dependencia

Arnaldo Otegi y Oriol Junqueras, hoy, en la sede de ERC en Barcelona ADRIÁN QUIROGA

Daniel Tercero

El nacionalismo catalán es especialista en convertir cualquier tema de la actualidad internacional en una derivada interna española y tratar de llevar el agua a su molino. No hay límites. Ayer, Oriol Junqueras, presidente de ERC, equiparó la práctica política de Vladimir Putin, presidente de Rusia, cuyo Ejército está invadiendo Ucrania desde el jueves, con el PP y Vox, partidos políticos de España, a los que –sin citarlos expresamente, eso sí– igualó con Putin por sus destrezas «autoritarias» y hábitos de «corrupción».

Junqueras hizo esta comparación durante la rueda de prensa posterior al encuentro que mantuvo en la sede de ERC en Barcelona con el líder de Bildu, Arnaldo Otegi. Ambos recordaron al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que su estabilidad en La Moncloa depende de ellos y le pidieron pasos a favor de la independencia de Cataluña y el País Vasco, a través del «diálogo» y «la negociación».

Tras la reunión entre las delegaciones de ambos partidos, Junqueras –condenado por sedición por el Tribunal Supremo, en 2019, y luego, en 2021, indultado por el Ejecutivo– inició su comparecencia, ante los medios de comunicación, haciendo una referencia a la «especialísima preocupación por lo que pasa en Ucrania», que describió como una agresión. «Una vez más, un Estado violenta los derechos humanos de la población civil, en este caso del pueblo ucraniano», señaló.

Y añadió: «Hay un vínculo estrecho entre las tentaciones y las derivas autoritarias que se producen en determinados Estados y también la corrupción, lo vemos en muchos países del mundo, donde autoritarismo y corrupción se dan la mano, y lo vemos también en el caso de algunas formaciones políticas en el Estado español, donde la corrupción y las derivas autoritarias también aparecen constantemente entreligadas unas con otras».

Sin discontinuidad en su intervención, ante la prensa, prosiguió: «Se da la paradoja, en el Estado español, de que la mejor garantía, la única garantía, de que estas formaciones políticas de extrema derecha y de una derecha cada vez más extrema no lleguen al gobierno y no impongan su agenda, con tentaciones autoritarias y de infinidad de casos de corrupción, somos las fuerzas independentistas de izquierdas, que somos otra vez la vanguardia de la resistencia ante el fascismo y las tentaciones fascistas que se producen en muchos lugares del mundo».

Poco después, Junqueras comparó directamente la guerra de Ucrania, la situación de los ucranianos, con España y el nacionalismo catalán. «¿Qué haría Ucrania encantada si tuviera la oportunidad? Sentarse en una mesa de negociación, ¿no? ¿Y cuál es el problema de la mesa de negociación? ¿Que los ucranianos no se quieren sentar o que hay una agresión exterior por parte de un Estado que quiere imponerse y que está condicionado por sus tentaciones autoritarias internas? Pues en nuestro caso, tres cuartos de lo mismo», afirmó sin ruborizarse.

«Conflicto político»

Otegi, por su parte, en relación a la guerra en Ucrania iniciada por Putin, indicó que la rechaza y defendió que «los problemas políticos se resuelven en términos políticos». Igualmente, el líder de Bildu –condenado también en varias ocasiones por el Tribunal Supremo por sus vínculos con ETA–, recordó que la izquierda independentista del País Vasco no está a favor de la OTAN y que la región votó ‘no’ en el referéndum de ingreso de España en la organización militar en 1986.

La reunión entre ambos políticos, líderes de los partidos cuyos grupos parlamentarios son imprescindibles para el Gobierno, por elección de este, se centró, según informaron Junqueras y Otegi, en reafirmar el compromiso de colaboración de ERC y Bildu con la vista puesta en la independencia de Cataluña y el País Vasco. En este sentido, reiteraron su voluntad de seguir negociando con el Ejecutivo de coalición (PSOE-Unidas Podemos), tanto en el Congreso como en los foros alternativos, en concreto, en la mesa de diálogo entre los Gobiernos nacional y catalán, que reconoce la existencia de un «conflicto político».

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