El manifiesto constitucionalista de Cataluña pide a los políticos evitar «la ‘procesización’ de España"
Aboga por la unión en una plataforma que gane en las urnas al nacionalismo y al populismo
La lengua catalana ha dado cientos de palabras a la lengua común de los españoles. Peseta y capicúa, son dos ejemplos de ello. Ayer, en Barcelona, en la presentación del manifiesto constitucionalista que aboga por una unión electoral en Cataluña de todo el arco ideológico que va desde el PSC a Vox, pasando por el PP y Cs, se acuñó un término que bien podría acabar siendo normativo: ‘Procesización’, como referencia al ‘procés’ catalán que lleva consigo la degradación social y política de Cataluña y cuyo ámbito sería toda España. Evitarlo es uno de los objetivos de los impulsores del manifiesto, entre los que se encuentran los escritores Valentí Puig y Ferran Toutain; los fundadores de Cs Teresa Giménez Barbat, Francesc de Carreras y Xavier Pericay; la diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo; el exdiputado autonómico popular Joan López Alegre; e intelectuales como Jordi Canal, Andreu Jaume y Teresa Freixes.
La idea es evitar «la ‘procesización’ de España» y que Cataluña deje de estar «en el furgón de cola» para «volver a la sala de máquinas de este país», argumentó López Alegre, portavoz de los promotores, señalando las finalidades que subyacen en este movimiento político. El texto del manifiesto propugna que los partidos y la sociedad constitucionalista se unan, al menos, en una lista electoral en las próximas citas (municipales, generales y autonómicas, por orden cronológico en Cataluña). Así, se interpeló «directamente a PP, Cs, Vox, Barcelona pel Canvi y ojalá al PSC, pero una cosa son sus militantes y otra sus dirigentes». Se admitió que «es muy complicado sumar al PSC» en esta tarea, porque los socialistas insisten en pactar con los partidos nacionalistas y el populismo de Podemos y comunes.
El «peligro» sigue vigente
Otro tema es el papel de Vox, partido que este lunes se autodescartó y no envió a ningún representante a la presentación. Sin embargo, López Alegre, preguntado por ello, dejó abierta la puerta a la formación de Santiago Abascal. «Si quisiéramos haber invitado a un partido de extrema derecha hubiéramos invitado a Junts. (...) Sin compartir todos los planteamientos de Vox, estos tienen una posición más moderada, en algunos aspectos, que los partidos que apoyan al Gobierno», en referencia a Bildu y ERC, añadió. En cualquier caso, el portavoz dejó claro que: «No somos nadie para decir a los partidos qué tienen que hacer; les animamos a que sumen, que hablen», porque los catalanes «queremos dejar de ser considerados el furgón de cola y volver a la sala de máquinas de este país».
En el acto también intervino Canal, quien matizó que la jugada política va más allá del partidismo y reiteró que la idea es crear «una plataforma que consiga integrar a partidos, personas y asociaciones». El historiador alertó que «el ‘procés’ continúa, (los independentistas) volverán a hacerlo, están aprendiendo de sus errores y escondiendo su peor cara; el peligro no ha desaparecido».
Igualmente, escenificaron su apoyo la empresaria Eva Trias y la experta en relaciones institucionales Paula Añó. Trias relató el acoso, los insultos y las agresiones que sufrió por dar cobijo a policías nacionales en su establecimiento de Gerona durante el 1-O y Añó enlazó el texto con la manifestación en defensa de la unidad de España del 8-O en Barcelona.
El manifiesto se presentará en Madrid el 25 de noviembre en el Club Siglo XXI. Al acto en la capital catalana acudieron representantes del PP (Óscar Ramírez), Cs (Nacho Martín Blanco) y Barcelona pel Canvi (Eva Parera), así como firmantes del texto (Toutain, Giménez Barbat y Tomás Guasch, entre otros). Peseta y capicúa saltaron del catalán al español, pero también charnego, gresca y retrete.