La «improvisación» del Govern agrava la crisis sanitaria en Lérida
La aparición de nuevos focos, uno de ellos en L'Hospitalet, alarma a los expertos
Con el brote de Lérida en plena efervescencia -ayer sábado se notificaron 26 nuevos casos y se prevé que la situación crítica llegue la próxima semana-, otros focos de infección en Cataluña como el notificado ayer en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), con algo más de un centenar de positivos, han alertado a los expertos, que temen que los mecanismos de control que han fallado en el Segriá se reproduzcan en otros puntos del territorio mucho más poblados, en los que es más difícil rastrear los contactos y parar la infección.
El aumento de los brotes y la falta de recursos para afrontarlos, según denuncia el sector sanitario, han puesto en evidencia los déficits de la gestión del Govern en la fase de desconfinamiento, tanto a nivel de planificación asistencial como de vigilancia epidemiológica.
La luz de alarma en el sector sanitario se prendió antes del confinamiento perimetral del Segriá. Algunos colectivos ya advirtieron, con la mirada puesta en la situación del Aragón Oriental, de que debían extremarse las medidas , especialmente entre un colectivo tan vulnerable económicamente y difícil de controlar como el de los temporeros. Los expertos tienen claro que en el brote de Lérida hacían falta más medidas que un refuerzo de la vigilancia epidemiológica, que no se anunció hasta esta pasada semana -la consejera dijo que se ampliará en 15 personas-. «En el caso de Lérida se requería, sin duda, una actuación más intensiva y selectiva. Los temporeros son un grupo vulnerable, por sus condiciones de trabajo y de vida», reconoce en declaraciones a ABC Xavier Bonfill, responsable de Servicio de Epidemiología del Hospital de Sant Pau de Barcelona. Judith Villar, médico adjunta del Servicio de Epidemiología del Hospital del Mar, coincide con él y añade que «el brote de Lérida es un tema complejo que debería haberse abordado desde un punto de vista más social . Los temporeros no quieren que se les aísle porque pierden el jornal. Tampoco colaboran para facilitar los contactos. Si no les ofrecen nada a cambio no colaboran. Les va la subsistencia», dice la experta. Benito Almirante, jefe de Enfermedades Infecciosas del Vall d’Hebron, lo suscribe y añade a ABC que, además, es necesario extremar la vigilancia epidemiológica «con expertos sobre el terreno».
La Generalitat afirma que la situación está controlada pero, según el sector, «no para de dar signos de improvisación». La falta de diligencia en la resolución del contrato de rastreadores con Ferrovial es una muestra. Tal y como avanzó ABC, la Generalitat anunció que rescindía el contrato en junio pero aún no ha desvelado su plan B para sustituirlo.
Residencias confinadas
Sobre el terreno, la situación es preocupante. En Lérida, la veintena de brotes están localizados principalmente en empresas hortofrutícolas, a las que se están realizando cribados masivos. El hospital de referencia, el Arnau de Vilanova de Lérida, ya ha habilitado una tercera planta específica para tratar enfermos de Covid, a la vez que se han derivado a Barcelona ocho enfermos ingresados en la UCI no aquejados por esta dolencia para poder concentrar todos los esfuerzos en los nuevos casos que van llegando. Desde la gerencia del hospital se reconoce que la próxima semana será «crítica» para determinar si el sistema aguanta. Por lo pronto, comienza a notarse la carencia de personal, y aunque se han modificado turnos de vacaciones, la llamada de la Generalitat para que acudan sanitarios voluntarios no parece ahora mismo que vaya a aliviar la situación. La Generalitat ha extendido el confinamiento de las residencias a toda la región sanitaria.
Nueve fallecidos notificados
En paralelo a la situación en Lérida, la atención se centra en L’Hospitalet de Llobregat, no tanto por el número de infectados (un centenar en varios brotes) por el hecho de producirse en la segunda ciudad más populosa de de Cataluña , una de las más densificadas de España y que forma un continuo urbano con Barcelona. Fuentes del departamento de Salud precisaron a ABC que en el barrio de La Torrassa, el más afectado y con unos tres focos centrados en núcleos familiares, «las cadenas de transmisión están controladas» . En el conjunto de Cataluña, el departament de Salud de la Generalitat notificó ayer nueve personas fallecidas en el último balance, según datos facilitados por los servicios funerarios.