Jaume Collboni - Tribuna abierta

El efecto mariposa

«Solo en 30 días, Sánchez ha avanzado en la normalización del problema catalán más que Rajoy en tres años»

Como si fuera el resultado de un truco de magia, el presidente Sánchez y el president Torra se reunieron en La Moncloa para desbloquear desde la política unas relaciones institucionales que parecían encalladas. Las partes no han cambiado sus posiciones, pero la cuestión relevante es que se ha abierto un escenario de diálogo imprescindible para salir del bucle.

Reconocer que una parte importante de los catalanes ha abrazado la independencia, como solución a los problemas que nos afectan es un punto de salida imprescindible en términos de realismo político. Que una parte notable de estas personas podrían repensar su posición, si el Estado tomara cartas en el asunto, ofreciendo alternativas atractivas para solucionar los conflictos que de manera muy amplia se perciben, parece razonable. La cuestión es saber las alternativas y el porcentaje de ciudadanos que cambiarían su opinión.

Reconozcamos, mientras tanto, la valentía de Pedro Sánchez, que asume la demonización de una parte de la prensa y, también, la de Quim Torra, al que los CDR y la ANC lo criticarán por claudicante. Sin entrar en el debate sobre el pasado del president y sus opiniones por escrito, debemos reconocerle cierta capacidad para mantener el equilibrio entre hechos y gestos. Del mismo modo que a Sánchez hay que reconocerle un considerable sentido de Estado a la hora de administrar las relaciones con una autonomía que apura hasta el límite las prerrogativas de su condición.

Este dialogo tiene un horizonte electoral cercano y las armas con las que se va a lidiar esta batalla política están cargadas con pólvora envenenada: políticos en la cárcel o en el extranjero, bases inflamadas donde se mezcla independentismo y antisistema, promesas fatuas indemostrables que se han convertido en actos de fe insoslayables y ánimos de humillación incapaces de comprender el valor de la palabra.

Con todo ello debe cargar el presidente. A nadie más le corresponde administrarlo porque las relaciones con la Generalitat son falsamente bilaterales. En última instancia el gobierno catalán es Estado en Cataluña y eso le confiere a Sánchez una doble responsabilidad.

Solo en 30 días, Sánchez ha avanzado en la normalización del problema catalán más que Rajoy en tres años. Hace pocos días era difícil obviar que la pelota estaba en el tejado monclovita. Hoy, la pelota está en el tejado de la Generalitat. Y no es una cuestión de habilidad, es que, simplemente, la política ha regresado al Gobierno de España.

*Jaume Collboni es regidor del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona

El efecto mariposa

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