Diada 2020: Cataluña vivirá un 11-S marcado por la pandemia del coronavirus
El Día Nacional se celebra con actos limitados pero sin multitudes como los últimos años y con la tensión institucional cada vez más creciente
La pandemia de la Covid-19 va a obligar a reformular la Diada del 11 de septiembre de Cataluña , en la que por primera vez desde 2012 no habrá manifestaciones multitudinarias en la calle. Además, la cita llega cargada de incertidumbre política e institucional, en gran parte porque el independentismo está cada vez más dividido a la espera de que se confirme la inhabilitación del president Quim Torra.
Movilizaciones con limitaciones de aforo
Las dudas en el seno independentista sobre si se debía convocar una movilización -con las limitaciones que fueran necesarias- o era preferible no congregar a gente en la calle y celebrar una Diada atípica desde casa, ha sido un constante. Finalmente, como recuerda Efe, se impuso el criterio de mantener las movilizaciones, aunque de manera descentralizada por toda Cataluña , con limitaciones de aforo, inscripciones previas y medidas de seguridad sanitarias para reducir el riesgo de contagios.
La ANC, desoyendo las recomendaciones sanitarias , ha convocado 107 movilizaciones en 82 municipios , con un aforo total de 48.000 personas, lo que ha llevado a Ciudadanos a alertar del «peligro» para la salud que eso implica y a pedir a Torra que desaconseje la asistencia a estas convocatorias.
El Govern, por primera vez, no asistirá a las movilizaciones de la ANC, dada la situación sanitaria, y Torra se limitará a celebrar la tradicional ofrenda al monumento a Rafael Casanova en Barcelona, en la que no habrá, excepcionalmente, ni guardia de honor ni banda de música.
Cita ante edificios del Estado
La ANC ha elegido como puntos de concentración para la Diada edificios del Estado, como tesorerías de la Seguridad Social o delegaciones de Hacienda . El acto político central tendrá lugar a las 17.00 horas en la plaza Letamendi de Barcelona, emplazamiento de la sede de Hacienda, con un aforo de 200 personas con dos metros de separación. Al no poder congregar este año a grandes multitudes en la calle, la ANC anima a los catalanes a salir a sus balcones a las 17.14 horas del viernes a festejar la Diada.
Òmnium Cultural prepara una acción reivindicativa junto al Arco de Triunfo para denunciar la «represión» sobre el independentismo, mientras que la CUP convertirá su habitual manifestación por la tarde en una movilización «estática» en el paseo Lluís Companys.
Pendientes de los tribunales
La Diada, de hecho, tiene la mirada puesta en el 17 de septiembre, cuando el Tribunal Supremo (TS) debe celebrar la vista sobre el recurso de Torra contra su condena de año y medio de inhabilitación por haber desobedecido la orden de la Junta Electoral Central de retirar del balcón del Palau de la Generalitat en período electoral una pancarta en favor de los presos independentistas.
Además, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha fijado para el 23 de septiembre la comparecencia de Torra como investigado por desobediencia, en una segunda causa , por mantener en el Palau de la Generalitat una pancarta con un lazo amarillo a favor los presos. La posible inhabilitación de Torra activaría un proceso que podría terminar con una nueva investidura o bien con un adelanto electoral, como recuerda Efe.
División en el independentismo
Hace años que el independentismo llega dividido a la Diada , aunque esta vez la brecha es especialmente visible y a menudo la hostilidad entre Junts per Catalunya (JpC) y ERC se manifiesta ya sin tapujos públicamente. Torra dio por rota la unidad a principios de año, cuando el presidente del Parlament, Roger Torrent, acató la decisión judicial de retirarle la condición de diputado.
Ahora mismo, el principal punto de fricción entre ambos socios de gobierno es la respuesta a la posible inhabilitación de Torra : ERC reclama pactar la estrategia, pero JxCat alega que la decisión debe tomarla exclusivamente el president.
Interrogante electoral
La legislatura teóricamente termina en diciembre de 2021, pero el pasado mes de enero, tras el enésimo choque con ERC, Torra dio por finiquitada la legislatura y anunció que tras la aprobación de los presupuestos de la Generalitat para 2020 convocaría elecciones, un compromiso que decayó al estallar la pandemia de la Covid-19 .
Torra barajó convocar elecciones para octubre , antes de poder ser inhabilitado, pero la firma del decreto de convocatoria -54 días antes de la cita con las urnas- no se ha producido en agosto y con la remodelación de gobierno de la semana pasada -sustituyó a tres consjeros de JpC - la perspectiva electoral parece alejarse.
Si Torra no convoca y es inhabilitado, se pondrán en marcha automáticamente los mecanismos para que el Parlament invista a un nuevo presidente de la Generalitat , una carta que podría jugar JxCat, aunque el propio Torra ya ha pedido descartarla.
Aragonès se prepara para asumir el mando
Mientras no fuese investido un sustituto de Torra en la presidencia, ejercería provisionalmente sus funciones el vicepresidente del Govern, en este caso Pere Aragonès, y si no hubiese investidura serían convocadas automáticamente nuevas elecciones, que -dependiendo de la fecha en que se formalizase la inhabilitación- podrían celebrarse en los primeros meses de 2021.
El viernes de la semana pasada, el propio Aragonès alertó de que si el Govern queda en funciones, tras una inhabilitación de Torra, no se podrán aprobar los presupuestos, puesto que no tendría las atribuciones para impulsar nuevos proyectos de ley.
Aragonès, que es coordinador nacional de ERC y está llamado a ser el próximo candidato de su partido a la Generalitat, tendría que convivir unos meses con JpC en un Govern en funciones, en medio de un cada vez más tenso pulso entre socios independentistas.
Una tensión que podría ser mayor si JpC acepta la propuesta de la CUP: que Torra, si es inhabilitado, ejerza la presidencia en la sombra, dando instrucciones -a Aragonès- de manera informal, sin firmar él los documentos oficiales.