El debate en TV3 de Puigdemont aviva la guerra PDECat-ERC
El entorno del presidente ve una trampa en la selección de ciudadanos que le vapulearon
Ya en la noche del pasado domingo, mientras se emitía en directo en TV3 el programa de debate "Yo pregunto", en el que el presidente Puigdemont se sometió a preguntas de ciudadanos anónimos, Twitter era un incendio. El protagonista fue sometido a un tercer grado y lo cierto es que no salió bien parado.
Varias voces de la órbita del PDECat –algunas significadas, como la del jefe de prensa de Artur Mas, Joan Maria Piqué, o la de la periodista Pilar Rahola– estallaron. Denunciaron que aquello era una trampa. Porque entre el grupo de doce ciudadanos elegidos se contaban, según denunciaron, varias personas vinculadas a partidos, sindicatos y entidades nada afines al Gobierno catalán. Desde una interventora de Ciudadanos, un vicesecretario miembro de la CUP de Manresa, un miembro de Sociedad Civil Catalana o el cabeza de lista por ICV en Manresa en las elecciones municipales de 2015.
TV3 no incluyó su filiación política al presentar estos participantes a la audiencia . Y ellos fueron los que contribuyeron a un debate en el que Puigdemont recibió críticas por los recortes en Sanidad y Educación y constató como incluso los partidarios de la independencia le afeaban que su gobierno no fuera suficientemente valiente para consumar la secesión.
"Puigdemont fue a una encerrona. Se encontró con activistas políticos", se lamentaba ayer Rahola en la emisora RAC1. El propio PDECat, su coordinadora general, llamó a hacer una "reflexión" sobre el programa porque "la sensación es que el país no estaba representado en toda su diversidad".
Los doce ciudadanos "sin piedad" que interrogaron a Puigdemont fueron elegidos de entre 200 que participaron en debates previos al programa. Seis fueron elegidos por ellos mismos y, los otros seis, por los responsables del debate en base a criterios de representatividad: edad, sexo, condición económica, etc. "En ningún momento se nos preguntó nuestra afilliación política o sindical", afirmó uno de los participantes a los debate previos en declaraciones a un medio digital.
Lo que podría ser un ejercicio de cinismo –los que desmienten el sesgo nacionalista de TV3 se quejan cuando ésta no lo acusa– no es sino un síntoma de los nervios que hay en la antigua Convergència, que ve cómo su socio en el gobierno de Junts pel Sí, ERC, sube en las encuestas electorales de cara a una elecciones autonómicas a celebrar si no hay independencia. "Tuve la impresión de que que estábamos viendo la guerra interna de partidos entre los dos miembros de Junts pel Sí", señaló Rahola.
Las sospechas de que la Esquerra de Junqueras le hace a menudo la cama a Puigdemont no son nuevas. Lo nuevo, sin embargo, es que se acuse a TV3 de sumarse a la conspiración. Una TV3 que dirige Jaume Peral, designado por el PDECat –ERC eligió al director de "Catalunya Ràdio"– y amigo personal de Puigdemont. Al menos, hasta el pasado domingo.
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