El «Consell per la República», el núcleo belga de Puigdemont que atasca la investidura catalana
La entidad que capitanea Puigdemont desde Bélgica ofrece reformularse para ser el centro de la estrategia del «procés»
La función de este órgano independentista, escasamente conocido, ha sido objeto de tensión entre ERC y Junts
Ni cargos, ni recusos, ni programa. En estos momentos el elemento que -aparentemente- atasca las negociaciones entre ERC y Junts para investir al republicano Pere Aragonès es el rol y la composición del «Consell per la república» (Consejo por la república), un órgano que capitanea Carles Puigdemont desde Bélgica y que los neoconvergentes pretenden que concentre la estrategia del «procés», dejando la Generalitat en un segundo plano más centrado en cuestiones cotidianas y de gestión.
Este asunto ha causado tensiones entre los negociadores de Junts y ERC que emergieron en el fallido debate de investidura de Aragonès protagonizó el pasado viernes en el Parlament. Allí, el candidato de Esquerra reivindicó ante Junts la «legitimidad indelegable» de la Generalitat. Aquello fue un mensaje claro contra las pretensiones del partido de Puigdemont, que aspira con seguir ostentando la primacía independentista desde Bélgica a pesar de que su partido quedó por detrás de Esquerra en las elecciones del 14-F en votos y escaños.
El atasco de las negociaciones por la función del «Consejo de la república» , órgano que aspiraba sumar un millón de adhesiones tras su fundación, pero que hoy apenas cuenta con 100.000 inscritos , ha acabado forzando a sus responsables a pronunciarse y ofrecer su «reformulación» para acercar posiciones con ERC. «El Consejo ha sido desde su nacimiento -y debe continuar siendo- parte de la solución, nunca una parte del problema», ha cedido la entidad en un extenso comunicado difundido este lunes, apenas unas horas antes de la segunda ronda de la investidura de Aragonès.
«Invitamos el presidente y la secretaria general de ERC, el secretario general de Junts, a los máximos dirigentes de la CUP, así como los máximos dirigentes de Òmnium Cultural y del ANC , a un diálogo bilateral con el mismo Consejo para debatir , desde la lealtad y la confianza, esta reformulación de la gobernanza del Consejo, que debe facilitar la inserción de dicha dirección colegiada en su estructura institucional. Nos ofrecemos a iniciar este diálogo de manera inmediata», ha resaltado la entidad tras reconocer que su función ha sido objeto de un intenso debate a lo largo de los últimos días.
Retomar el camino de 2017
Desde este núcleo de decisión independentista en Bélgica -su sede está situada en la casa de Puigdemont en Waterloo- han aprovechado la ocasión para reivindicar que el Consejo es, a día de hoy, el espacio desde donde se ponen las bases de la «soberanización de la sociedad catalana» y se trabaja en la preparación de la «confrontación inevitable» con el Estado. «Es decir, para retomar con éxito el camino que nos forzaron a interrumpir el día 27 de octubre de 2017», afirman, a través de un «desbordamiento democrático».
Desde ERC, han recibido con cierto agrado el ofrecimiento del Consejo. No obstante, su vicesecretario general de comunicación, Sergi Sabrià , ha afirmado hoy que aunque la oferta no está «nada desarrollada» sí enfoca bien el problema. «Me gustaría descartar elecciones, pero no depende solo de nosotros», ha añadido el negociador republicano antes de reclamar que este órgano en Waterloo se convierta en un espacio común de todo el independentismo, y no de parte. Los comunes, por su parte, han ido más allá y este lunes han calificado de «exasperante» que la investidura catalana esté pendiente de este desconocido organismo.
Noticias relacionadas