Cisma en la cúpula de la ANC por la estrategia a seguir en las elecciones catalanas
Siete miembros del secretariado nacional de la Assemblea Nacional Catalana dimiten en bloque y piden ahondar en la unilateralidad
Nueva sacudida en el seno de la Assemblea Nacional Catalana , (ANC), la entidad independentista que ha marcado los tempos del «procés» desde 2012. Este lunes dimitieron en bloque siete destacados miembros de su «secretariado nacional», el órgano que controla una organización, que, a día de hoy, cuenta aún con alrededor de 40.000 socios y una notable capacidad de influencia sobre el gobierno catalán.
Los dirigentes salientes expusieron ayer sus críticas hacía la estrategia de la ANC en una dura misiva avanzada por el digital «ElMón». «El paso que damos es muy doloroso para nosotros, hemos dedicado a la ANC muchísimas horas y años intensos, muchos esfuerzos, y ahora se ha acabado. No permaneceremos en el secretariado nacional para hacer filibusterismo», señalaron los firmantes en una carta que fue respondida públicamente por la presidenta de la entidad, Elisenda Paluzie. «Me sabe mal que se vayan. Suerte y aciertos», proclamó la catedrática de la UB en su cuenta de Twitter.
Entre las personas que han abandonado la entidad hay cargos relacionados con la organización, el funcionamiento y el despliegue territorial de la Assemblea, como sus coordinadores de gestión administrativa, gestión económica y acciones en el territorio, informó Efe. La salida de estos « fontaneros» de la Assemblea coincide con las denuncias de acoso laboral conocidas este verano, cuando algunos exempleados acusaron a la organización de violación de derechos laborales, precarización, nepotismo y mala gestión.
En esta ocasión, los problemas están relacionadas con la deriva estratégica de la organización, que no acaba de encontrar un discurso claro de cara a las próximas elecciones catalanas , previstas para el 14 de febrero. Mientras algunas voces piden «marcar de cerca» a los partidos independentistas para que se comprometan con la vía unilateral, otros optan por bajar el tono y dejar una línea de confrontación que ya no convence a parte de las bases soberanistas, más alineadas ahora con el tono «templado» de entidades como Òmnium Cultural que buscan «ensanchar la base» del movimiento acercándose a los comunes.
Este dilema entre la línea dura y la línea «blanda» de la ANC es precisamente el origen del cisma vivido esta semana, que se gestó en el pleno extraordinario del secretariado celebrado el pasado 25 de octubre, en el que fueron presentadas seis propuestas de resolución sobre cómo debía incidir la ANC en los próximos comicios, una de las cuales presentada precisamente por los dirigentes que han dimitido. Su propuesta pedía que la Assemblea solo diese su aval a las candidaturas que se comprometiesen a aplicar la «vía unilateral» si los votos independentistas superaban el 50%. Dicha propuesta fue tumbada y la entidad apostó finalmente por limitarse a publicar una «comparativa» de los programas de los distintos partidos independentistas y a «fiscalizar» sus posicionamientos, pero evitando condicionar su apoyo solo a los candidatos que prometieran aplicar la vía «unilateral».
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