Carles Puigdemont se suma a la batalla entre los partidos independentistas y la ANC
El expresidente cesado se muestra preocupado por la desunión del secesionismo y la «deriva antipartidos» de las entidades
La Assemblea ha indignado al establishment secesionista vetando a los líderes políticos de la «zona VIP» de la «Diada»
Lejos de servir de inyección de moral antes de conocerse la sentencia del juicio al «procés», la «Diada» del 11 de septiembre de este año va camino de convertirse en un gran cataclismo para el independentismo. ¿El motivo? La polémica que divide a partidos y entidades secesionistas como la Assemblea Nacional Catalana (que organiza la marcha) después de que se haya decidido vetar de la «zona VIP» de la manifestación a los líderes políticos.
Varios dirigentes de ERC y Junts per Catalunya han arremetido contra la Assemblea (ANC) por su decisión, al cosndierar que forma parte de una deriva antipolítica de la organización que presidieron Carme Forcadell y Jordi Sànchez antes de entrar en prisión. Este jueves, el expresidente cesado Carles Puigdemont se ha subido al carro de las crítcias a una entidad otrora todopoderosa.
Puigdemont ha advertido este jueves de que sería preocupante que en la manifestación del 11-S, habitualmente masiva, acabara derivando en la «antipolítica» con un discurso «antipartidos». En una entrevista con el diario «El Punt Avui», el dirigente fugado ha defendido que la jornada apela a todos los sectores del independentismo y ha lamentado que exconsellers de ERC como Anna Simó y Josep Huguet hayan anunciado que no irán a la manifestación del 11 de septiembre porque consideran que es «anti ERC».
A las puertas de la sentencia
«Estamos a las puertas de una sentencia que será la más dura hecha nunca contra el independentismo democrático y nos deberíamos estar preparando para comportarnos como aliados y no como rivales. Nadie se tiene que sentir excluido», ha sostenido. Puigdemont ha dicho que «no es una tragedia» que la ANC haya decidido que no habrá un espacio en la manifestación reservada para los políticos, pero que sí le preocupa que se convierta en una crítica a los partidos. «No nos lo podemos permitir porque nos necesitamos todos. Y aprovecho para señalar que esta es una de las consecuencias de la teoría de la desunión . Todos aquellos que la han sembrado no se pueden sorprender con que ahora haya gente que haga lo mismo», ha añadido.
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