desafío secesionista

Las cárceles catalanas estudian conceder el tercer grado a los líderes independentistas

De consumarse, los nueve presos, condenados por sedición, solo irían a prisión a dormir

Oriol Junqueras, saliendo de la cárcel de Lledoners gracias a un permiso el marzo pasado EFE

J. Hierro

Las tres cárceles catalanas en las que cumplen condena los nueve líderes independentistas condenados por sedición revisarán estos días su clasificación en segundo grado (régimen ordinario) por si se le puede conceder ya el tercer grado . Este régimen, conocido popularmente como «semilibertad», les permitiría ir a la prisión solo a dormir de lunes a viernes, e incluso pernoctar en casa los fines de semana. Sería un paso más en la flexibilización que ya disfrutan gracias a la aplicación del artículo 100.2 del reglamento penitenciario, por el que pueden salir de la prisión varios días a la semana a trabajar.

Esta revisión, de la que se encargarán las juntas de tratamiento de las tres cárceles -Lledoners, Wad-ras (Barcelona) y Puig de les Basses (Gerona) deberá hacerse antes del próximo jueves 9 de julio. Y es que ese día vence el plazo de seis meses que estipula el reglamento penitenciario para revisar el grado penitenciario en el que se encuentran los líderes condenados por el Tribunal Supremo. Decidirán si mantenerlos en segundo grado (con los beneficios del 100.2) o concederles ya la semilibertad.

Son las juntas de tratamiento, formados por un jurista, un psicólogo, un educador social y un trabajador social, quienes han de proponer la nueva clasificación, que deberán avalar luego las juntas de tratamiento de cada una de las cárceles, en principio teniendo en cuenta solo criterios técnicos.

Si las juntas deciden mantener la clasificación de segundo grado, los presos podrán exigir una revisión. En el caso de que opten por pasarles a tercer grado, los servicios de clasificación de la Generlaitat tienen un máximo de dos meses para decidir si la avalan, y luego la Fiscalía podría recurrir la decisión ante el juez de vigilancia penitenciaria y luego ante el Supremo, al haber sido el tribunal que les condenó.

Fuentes jurídicas apuntan a la alta probabilidad de que las cárceles se decidan por el tercer grado teniendo en cuenta que ya disfrutan de los privilegios de salidas carcelarias del artículo 100.2. La aplicación de este artículo, que, tal y como adelantó ABC, solo beneficia a unos 120 internos de las cárceles catalanas, pero en cambio se les ha concedido a los nueve presos del «procés». Los líderes independentistas, además, fueron los más rápidos en lograr esos beneficios del poco más de un centenar de presos que tienen el 100.2 en las cárceles catalanas.

 No hay un tiempo mínimo de condena cumplido en prisión para poder acceder al tercer grado, pero, según fuentes judiciales, las juntas deberían tener en cuenta la pena inicial y el tiempo de prisión cumplido hasta la fecha.

Los líderes independentistas fueron condenados por el Tribunal Supremo por delitos como sedición y en algunos casos malversación por impulsar el «procés» y el 1-O en otoño de 2017, y las penas van desde los 13 años de cárcel para Junqueras a los 9 para Sànchez y para Cuixart.

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