Campaña

Hay indicios para pensar que el independentismo catalán podría hacer una última intentona coincidiendo con la publicación de la sentencia del juicio de los políticos presos. El problema: ¿cómo mantener el ánimo y la movilización del movimiento secesionista si tenemos en cuenta que dicha intentona podría tardar casi un año en llegar?

Hasta ahora -digan lo que digan-, los desafíos del independentismo se han saldado con un sonoro y estrepitoso fracaso. A pesar de ello, el independentismo catalán plantearía un desafío total -la unilateralidad, de nuevo- al Estado. Pero, para ello, el independentismo catalán necesita que los políticos presos no salgan nunca de la agenda política.

Cosa que requiere programar una ingente cantidad de actos de toda clase y especie -concentraciones, mítines, manifestaciones, procesiones, autobuses por la libertad, lazos amarillos, colectas, declaraciones, campañas en el exterior, libros, festivales musicales, cadenas humanas, ascensiones a los picos de Cataluña con banderas esteladas, artículos, cartas y entrevistas de los presos y familiares en los medios de comunicación- que recuerden su estancia en prisión y lo injusto de la misma habida cuenta de -aseguran- su indudable inocencia.

Con todo ello, el independentismo catalán -con la inestimable ayuda de juristas de reconocido prestigio favorables a la causa que siempre pisan los platós de los medios de comunicación amigos sin que otros juristas también de reconocido prestigio les lleven la contraria porque nunca se les invita- impulsa una campaña de denuncia de una Justicia española y unos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que habrían construido un relato ex profeso para condenar de antemano a los presos. Preguntas: ¿Una manifestación de altruismo? ¿Una muestra de solidaridad? ¿El egoísmo altruista o solidario? ¿El altruismo y la solidaridad en beneficio de la causa? ¿El interés más desinteresado? ¿Una forma de conseguir la unidad? ¿Preparándose para las elecciones? ¿La hipocresía de la política?