Antoni Fernández Teixidó - Tribuna Abierta
Catalanismo
«Desde luego, el catalanismo, la corriente de pensamiento que más ha influido en la cultura política catalana, se halla en un atolladero»
El catalanismo goza de mala prensa en España. Su percepción se ha deteriorado singularmente en estos últimos años. Sostienen demasiados que es el desdichado huevo de la serpiente del nacionalismo catalán y deben ser denunciadas sus graves responsabilidades. También en Cataluña atraviesa un momento delicado y muchos afirman que ha muerto. Otros proclaman que ha mutado definitivamente en nacionalismo independentista y su recuperación es imposible e indeseable.
Desde luego, el catalanismo, la corriente de pensamiento que más ha influido en la cultura política catalana, se halla en un atolladero.
Pienso, no obstante, que después de realizar una rigurosa lectura de lo que el 'procés' ha comportado para Cataluña, un nuevo catalanismo autocrítico es imprescindible para remontar la situación y situar al país en la senda virtuosa del crecimiento y la prosperidad. Con condiciones, por supuesto. La decisiva es la apuesta por una Cataluña autónoma que asuma que España es su referencia de Estado. Por supuesto, toda veleidad separatista debe desaparecer. El balance crítico del autonomismo catalán con el nacionalismo radical no puede admitir componendas y, a pesar del carácter transversal de su doctrina, la apuesta por el centro y la moderación es determinante.
Los catalanes hemos vivido la filosofía catalanista como aspiración y norma de conducta en nuestras etapas históricas de mayor excelencia. En esa clave hay que interpretar la voluntad de transformar Cataluña y ayudar al progreso español, sin complejos, ni subterfugios. Por todo ello, me parece claro que prescindir del catalanismo, sustituyéndolo por un constitucionalismo bien intencionado, no es un acierto. Al contrario, es un error político, como lo es contaminarlo con las seculares aspiraciones independentistas. Alto y claro, el progreso de la Cataluña autónoma, con su apuesta por España y Europa, pasa por un catalanismo fortalecido. Confiemos en que hayamos aprendido todas las importantes lecciones que del 'procés' se desprenden. No estaría yo tan seguro.